lunes, 14 de mayo de 2018

CATALUÑA, TORRA Y EL CUENTO DE LA LECHERA


Con el apoyo de Junts per Catalunya, ERC y PDeCAT y la abstención de la CUP, ha sido elegido president de la Generalitat Quim Torra. El abogado, vicepresidente de Ómniun Cultural y diputado de Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont, es un extremista radical que preocupa no ya solo al PP o a Ciudadanos, también al PSOE y a Los Comunes. Si de muestra basta un botón, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, manifestó, después de llamarlo neonazi y compararlo con Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, que Torra debería pedir perdón a los españoles por sus comentarios en las redes sociales y sus artículos donde los insultaba y hablaba de la supremacía genética de los catalanes; Xavier Doménech, el candidato de Los Comunes, dijo exactamente lo mismo en la primera sesión de investidura.
Lo primero que ha dicho Quim Torras en su discurso es que “nuestro president es Puigdemont” convirtiendo la investidura en un fraude de ley, en una pantomima, y dejando claro que solo va a ser un títere, como lo será todo el Gobierno catalán, de Puigdemont y que de Berlín o Waterloo vendrán las órdenes.
Nadie cabal deseaba que la inestabilidad política continuara indefinidamente en Cataluña, porque esa comunidad autónoma representa aproximadamente el 20% del total del PIB de España y porque el artículo 155 está pensado para situaciones de excepcionalidad. Pero, nada parece indicar que la elección de Torra como president apunte al camino de la normalidad, más bien todo lo contrario, pues ya ha anunciado un nuevo proceso constituyente para “implementar el mandato del 1-O” y reabrir las “embajadas” en el exterior. Puigdemot incluso habla de nuevas elecciones dentro de seis meses, haciéndolas coincidir con el juicio a los ahora encarcelados como presos preventivos.
En Cataluña había un cuento de la lechera donde la pastorcilla era la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría: Con esta leche haremos unas elecciones y, con Junqueras de mártir en la cárcel y Puigdemont huido, ERC las ganará, luego habrá un Gobierno transversal de ERC, PSOE y Los Comunes, un mal menor, otro Tripartito, que frenará el independentismo. Muchos se apuntaron a la fábula, pero, fue Puigdemont y Junts per Catalunya los que ganaron las elecciones, al tiempo que ERC se asilvestró completamente, entonces se cayó la lechera al suelo y se acabaron los sueños, los huevos, las gallinas, el lechón y la vaca. Las operaciones de ingeniería política no suelen salir bien cuando entran muchas variables en juego.
La aplicación light del artículo 155 de la Constitución ha resultado ineficaz y fueron muchos los que acusaron a Rajoy, empezando por Federico Jiménez Losantos, de no aplicarlo con contundencia, pero ¿hubiera sido posible? ¿lo facilitó el PSOE? La pastorcilla Soraya se ha equivocado en sus cálculos, pero la responsabilidad de la actual situación está muy repartida.
Se ha parado el primer intento independentista de golpe de Estado (llamemos a las cosas por su nombre) pero va a haber otros, todos los partidos no independentistas deben ser conscientes de ello y actuar en consecuencia. Artur Mas y los resto de la antigua CIU, ahora PDeCAT han creado un monstruo, el antiguo huevo, entonces alcalde de Gerona, se ha convertido en un Tiranosaurio Rex y ahora amenaza con devorarlos a todos. En Europa han menospreciado el peligro, pero las fauces nacionalistas  ya les están mordiendo el trasero (la infección se extiende y la Liga Norte va a estar en el Gobierno de Italia). Puigdemont piensa gobernar Cataluña a distancia y seguir con su proyecto de ruptura con España, sin que nadie esté seriamente dispuesto a impedírselo.

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