Así terminan la mayoría de las detenciones
de delincuentes en España, cargos que casi siempre quedan en nada, porque los
facinerosos se las saben todas y ni pagan las multas, porque son insolventes y
no tienen nada a su nombre, o ni siquiera se llega a celebrar, por una razón o
por otra, el juicio. Cientos de miles de personas viven habitualmente del
delito en España, una sociedad paralela que ha ido creciendo exponencialmente
en los últimos años y que se ha incrementado mucho con la inmigración masiva sin
controles de ningún tipo. A ningún inmigrante se le exige el certificado de
penales, por ejemplo. No es baladí apuntar que si el porcentaje de inmigrantes
en España es aproximadamente de un 12% del total de la población (España es el
país del mundo que mas inmigrantes ha recibido en los diez últimos años) seis
de cada diez reclusos en las cárceles de nuestro país son inmigrantes. Y esto
sucede a pesar de que muchos delitos no están penados en España o de que la
Policía y la Guardia Civil reciben órdenes políticas para no actuar en muchos
casos, como en la venta callejera de productos falsificados, por ejemplo. La nueva
delincuencia organizada forma muchas veces parte de organizaciones criminales o
de mafias que han crecido como hongos en nuestro país, la mayor parte bosnias,
búlgaras, albano-kosovares, rumanas o nigerianas, pero también de conocidos
clanes gitanos españoles. Sin olvidarnos, naturalmente, de la delincuencia de “guante
blanco” y de la delincuencia que protagonizan los partidos políticos, los
sindicatos y los empresarios, que casi siempre queda impune.
Si la gente está harta de
ver en los periódicos como a tal o cual delincuente habitual, que muchas veces
acumula hasta decenas o cientos de detenciones, lo vuelven a dejar en “libertad
con cargos” ¿porqué los poderes públicos
no actúan cambiando las leyes y el Código penal? El Gobierno y toda la
oposición, tan beligerante para algunos asuntos pero que de este no dice
absolutamente nada, deberían explicar a los ciudadanos honrados que trabajan, que
pagan sus impuestos y que cumplen sus obligaciones sociales, porqué permiten y
amparan este estado de cosas.
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