El próximo 23 de septiembre se
cumplirán 64 años de los Pactos de Madrid de 1.953, mediante esos acuerdos España
cedió a los EE UU cuatro bases militares a cambio de ayuda económica, militar y
sobre todo política, pues la dictadura franquista estuvo hasta entonces aislada
del mundo y de los foros internacionales. Un mes antes de aquellos acuerdos
también el Vaticano firmó un Concordato con el Gobierno de España,
santificando, nunca mejor dicho, también aquel régimen totalitario. El régimen
franquista, junto al de Portugal, era un superviviente de los regímenes fascistas
en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Muchos republicanos españoles que
combatieron en las filas aliadas pensaron, erróneamente, que los que enviaban
la División Azul a combatir ayudando a los alemanes en Rusia y los que
proporcionaban a Hitler, a pesar de la hambruna que asolaba nuestro país, toda
clase de pertrechos y víveres, serían derrocados y ejecutados acabada la guerra
en Europa. Sin embargo, el general Franco, como hizo muchas veces a la largo de
su dilatada vida, no puso todos los huevos en el mismo cesto, porque no estaba
completamente seguro de que los nazis ganarían la contienda. A pesar de que
Hitler y Mussolini le ayudaron a ganar
la Guerra Civil en España, con tropas y el armamento mas moderno de la época,
Franco ni tomó Gibraltar ni dejó a los alemanes pasar por España para auxiliar
a las tropas del África Korps e italianas que estaban en graves dificultades en
el Magreb. Pero, además, los aliados en la Segunda Guerra Mundial lo eran solo
circunstancialmente, ante el imperativo de un enemigo común al que temían todos,
Alemania. Tanto es así que americanos y británicos dilataron todo lo que
pudieron abrir un segundo frente en Europa para que se desangrara la URSS.
Finalmente desembarcaron en las playas de Normandía porque si siguen demorando
la apertura de un segundo frente los soviéticos hubieran tomado ellos solos
todo el Continente. Es decir, al día siguiente de acabada la guerra en Europa
las potencias occidentales ya tenían otra vez a la URSS como enemigo, como la
habían tenido antes de que Alemania invadiera Polonia. Recordemos algo a lo que
no se ha dado mucha publicidad: cuando fue creada la OTAN, la URSS pidió
ingresar en ella y ante la negativa de los EE UU y sus aliados y la evidencia
de que ese tratado no era defensivo sino un instrumento de dominación imperialista
se constituyó el Tratado de Varsovia. Es una evidencia que aunque el comunismo
ha desaparecido de Europa y ya no existen ni la URSS ni el Pacto de Varsovia,
la OTAN no solo ha sobrevivido, ha extendido sus tentáculos hacia el Este,
acumulando bases militares y tropas en las mismas fronteras de Rusia. Franco
era el aliado perfecto que necesitaba el imperialismo en el Sur de Europa, el
que acabaría con la tradicional neutralidad española y les daría el control
estratégico del Estrecho de Gibraltar y el Oeste del Mediterráneo ¿qué era un
dictador fascista? pelillos a la mar, el generalísimo no era, ni mucho menos, el
único dictador fascista que han apoyado los EE UU a lo largo y ancho del mundo.
El 21 de Diciembre de 1.959 el presidente de los EE UU, Eisenhower, visitó España
y se paseó con el dictador en coche descubierto por las calles de Madrid,
confirmando la alianza que proporcionó a los yankees cuatro bases militares en
España. Desde aquel día, la derecha española, que desde la Guerra de Cuba había
sido tradicionalmente antinorteamericana, cambió de chaqueta hasta el punto de
convertirse en aduladores acríticos del Imperio y tragar con todo. Recordemos la
patética imagen de Manuel Fraga bañándose en Palomares con el embajador
estadounidense tras la caída accidental de dos bombas atómicas en esa localidad
española. A pesar de que una de las condiciones del referéndum OTAN era que las
tropas extranjeras salieran de España, eso no solo no se ha cumplido, al
contrario, los EE UU han desplegado en la Base de Rota (Cádiz), donde ya tenían
una importante infraestructura, cuatro destructores con el sistema Aegis que
forman parte del dispositivo antimisiles y en la base de Morón (Sevilla) su fuerza de reacción rápida
para el Norte de África. Ambos despliegues fueron aprobados por los Gobiernos
socialistas de Zapatero y del PP de Rajoy.
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