EL LAZARILLO DE TORMES

A pesar de que el Partido Popular ha perdido nada menos que 49 diputados y 2.924.508 votos desde las elecciones generales de noviembre del 2.011, unos que han ido a Ciudadanos, otros a la abstención y algunos no se sabe muy bien a donde, esta formación política gobierna en solitario el Reino de España, bien es verdad que con el apoyo de otras formaciones de derechas, como la que lidera Albert Rivera o la de los nacionalistas vascos, el PNV, y lo hace siendo uno de los partidos políticos mas corruptos de Europa y que tiene a cientos de cargos públicos y conspicuos procesados por corrupción o ya en la cárcel. Desde el último Gobierno de Felipe González, con escándalos como el de Roldán, Mariano Rubio, etc, los españoles no recuerdan tantos casos de corrupción y tan sonados. Varios ministros/as han tenido que dimitir por tener dinero en paraísos fiscales o porque no sabían que su esposo tenía un Jaguar en el garaje, pero las “mordidas” de empresarios a cambio de contratos públicos eran tan escandalosas y tan groseras que pagaban viajes, cumpleaños y toda clase de eventos y juergas. El problema de la corrupción en el PP es que no solo afecta a personas, afecta al propio Gobierno y a las instituciones del Estado. Cuando se produjo un auténtico golpe de Estado en la Asamblea de Madrid y varios constructores sobornaron a dos ditutados del PSOE (Tamayo y Sáez) para que saliera elegida presidenta Esperanza Aguirre, los máximos dirigentes del PP, si hubieran tenido alguna intención de parar esto, ya tendrían que haber actuado. No solo no lo hicieron, sino que, al contrario, convirtieron el Gobierno de aquella comunidad autónoma, junto con el de la valenciana, en una entidad mafiosa para financiar el partido y para enriquecerse. Tantos corruptos hay entre los dirigentes del PP que la Guardia Civil no da abasto y está desbordada para investigar tantos casos ¿Cómo es posible que este partido, tan podrido, haya obtenido en las últimas elecciones todavía 7.906.185 votos? pues, son varias las causas, pero entre ellas está que muchos de sus votantes también roban, no pagan el IVA de sus transacciones comerciales, tienen cajas B en sus negocios, tienen empleados con contratos fraudulentos o sin ni siquiera contrato, piden facturas para cosas que compran para sus casas, para desgravar, como si fueran para su empresa, etc. Recordemos que al lazarillo de Tormes no le importaba que el ciego comiera las uvas de dos en dos porque el las comía de tres en tres.