lunes, 11 de enero de 2016

LA GRAVEDAD DE LA SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL

Algunos pensábamos que la siguiente gran crisis del sistema económico imperante estaría provocada por la explosión de la burbuja de la Deuda, que alcanza ya cotas estratosféricas que nunca se podrán amortizar. Sería una crisis mucho mas grave que la financiero-inmobiliaria que incluso podría acabar con el propio sistema capitalista. Estábamos equivocados, porque, a la luz de los acontecimientos, todo parece indicar que la gran crisis sistémica, que ya empieza a enseñar las orejas, estará provocada por la sobreproducción, la causa primigenia de todas las crisis económicas mundiales que se han padecido desde los años 70. En efecto, fue la sobreproducción de petróleo la que provocó el embargo de la OPEP en 1.973 y también fue la sobreproducción la causante de la explosión de la burbuja financiero-inmobiliaria a finales del 2.007, porque ingentes cantidades de dinero habían ido a parar a la especulación del “ladrillo”, mucho mas rentable que invertir en un mercado industrial saturado. Cuando aquel tinglado se vino abajo, el dinero volvió su mirada a algunas bolsas, especialmente a las de los países emergentes, que crecían mucho mas que los países desarrollados, que estaban en tasas negativas. Pero, muchas de esas locas inversiones iban a parar finalmente a las empresas de materias primas, particularmente petrolíferas,  y a las industrias que fabricaban productos cuya tecnología ya estaba obsoleta. Solo se consiguió que el problema de la sobreproducción alcanzara cotas antes nunca vistas.
Los ridículos precios del barril de crudo, que ya ha cotizado por debajo de los 29 dólares, o el hundimiento de las bolsas del Sudeste Asiático, sobre todo las chinas, que han perdidos billones de dólares en los últimos meses, son la muestra mas evidente de que la gran sobreproducción de materias primas e industrial va a abocar al mundo, ya lo está haciendo, a una crisis económica de unas consecuencias difícilmente previsibles.
La crisis financiero-inmobiliaria se cerró en falso y los Gobiernos creyeron que sacándole el dinero a los ciudadanos para salvar a los bancos habían solucionado el problema. Pero, no se hizo nada para atajar la sobreproducción mundial, sino, como ya he dicho, todo lo contrario.
El sistema capitalista solo puede existir si hay crecimiento económico, porque los ajustes y la caída del beneficio intentando salvar la rentabilidad, casi siempre a costa de los trabajadores, solo son malos parches. Pero ¿cómo crecer cuando los mercados están saturados? El caso es que no es cierto que exista saturación en los mercados de todos los productos, solo de los que tecnológicamente no responden a las necesidades de una demanda ya existente o que se puede inducir o crear. Existe una gran oportunidad de inversión en la gran revolución mundial pendiente, la que debe cambiar el modelo energético y que, en consecuencia, cambiará el modelo industrial, que no es otra que la de las energías renovables y el desarrollo de la energía nuclear de fusión, limpia e inagotable. Ese es el futuro y ese es el cambio que el mundo necesita. Solo la industria del automóvil tiene ante sí un mercado inmenso para los vehículos eléctricos o de pila de combustible de hidrógeno. La Biosfera necesita imperativamente ese cambio para salvarse, pero ya es una evidencia que el propio sistema económico también.

Como les pasó a los dinosaurios hace 65 millones de años, cuando un meteorito arrasó nuestro planeta, los que no se adapten rápidamente al cambio desaparecerán.

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