viernes, 29 de enero de 2016

LA AMENAZA DEL VIRUS ZIKA

La Organización Mundial de la Salud ha lanzado la voz de alarma: Un nuevo peligro acecha a la Humanidad, una amenaza viral extremadamente peligrosa que se propaga de múltiples formas y que está creciendo exponencialmente, el virus Zika.
El nombre del virus se debe a que fue aislado por primera vez en 1.947 en un mono macaco del Bosque de Zika (Uganda), posteriormente, en 1.968, lo fue por primera vez en humanos. El Zika es otra mas de las muchas enfermedades tropicales y no tiene un solo origen, pues se conocen varias cepas diferenciadas, asiáticas, africanas y americanas. Como el Dengue, la Malaria, la Tripanosomiasis (enfermedad del sueño), etc, el virus Zika lo transmite principalmente un mosquito, pero, al contrario de otras enfermedades que solo son trasmitidas por un tipo de insecto (la enfermedad del sueño la transmiten unos pocos tipos de mosca Tsé-Tsé) el virus Zika puede ser transmitido por casi toda la familia de mosquitos del género Aedes, y lo pueden hacer tanto en actividad diurna como nocturna. Por si esta particularidad no fuera ya lo suficientemente peligrosa, ya está demostrado que hay otras vías de contagio, como la sexual. En 2.009 se descubrió que un biólogo norteamericano que había viajado a Senegal, y que fue picado en varias ocasiones, transmitió el virus a su esposa a su regreso a los EE UU.
Los síntomas que provocan la infección por el virus Zika son parecidos al Dengue,  dolores leves de cabeza, fiebre, erupciones cutáneas, dolores articulares y malestar general, que suelen ir remitiendo por sí solos al cabo de varios días. El periodo de incubación es de unos 10 días, desde que el virus entra en el torrente sanguíneo hasta que se experimentan los primeros síntomas. Son muy raros los casos de muerte por la infección del virus Zira, salvo que la persona afectada ya tuviera otras patologías importantes.
La alarma ha saltado porque a las ya muy conocidas cepas virales africanas y asiáticas, se ha unido la americana, una nueva cepa que, como sucedió con el Dengue, es mucho mas agresiva y que parece tuvo su origen en la Polinesia Francesa. La OMS de la salud y varios Gobiernos Iberoamericanos ya están convencidos que los miles de casos que se están produciendo de microencefalitis en recién nacidos, sobre todo en Brasil, están relacionados con el virus Zika. Todavía no se sabe si son algunas particularidades ambientales o una mutación lo que ha permitido al virus producir unos efectos que nunca se habían observado ni en humanos ni en monos en Asia y en África.
Como ocurrió con el Ébola, la noticia ha llegado a los informativos de los Estados desarrollados no tanto por los estragos que ya está causando en los países de Sudamérica, ni por la alarma lanzada por la OMS, sino porque, como hemos apuntado, se sabe que la enfermedad puede ser trasmitida por otras vías distintas a los mosquitos que solo viven en los trópicos y que puede llegar en forma de epidemia a Europa y Norteamérica.
De momento, no existe una vacuna contra el virus Zika y lo mas urgente es extremar las precauciones para limitar al máximo su transmisión, pero sin caer en graves errores provocados por el pánico, como está sucediendo en algunos países de América que están recurriendo a fumigaciones histéricas que pueden causar mucho daño.
Las enseñanzas de la crisis del Ébola son ahora valiosas, desde las medidas de férreo control de las personas infectadas hasta el filtro sanitario de los viajeros que proceden de lugares de alto riesgo, pasando por extremar las precauciones en las relaciones sexuales.



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