miércoles, 7 de agosto de 2013

LAS DECLARACIONES DE REHN

Se equivocan por completo los que piensen que las declaraciones del vicepresidente económico de la Comisión Europea, para entendernos, un Gobierno que no han elegido los ciudadanos de la UE, en las que ha dicho que hay que bajar un 10% de salario a los trabajadores españoles, son producto de una reflexión particular, al contrario, forman parte de una estrategia que se viene desarrollando desde hace tiempo, donde organismos al servicio del gran capital, de los oligopolios, de la banca y de las grandes corporaciones, periódicamente dan su opinión sobre asuntos macroeconómicos que, no por casualidad, siempre van contra los trabajadores.
Hace pocos días también el Fondo Monetario Internacional, esa organización donde su expresidente, socialista, viajaba en Porche y acosaba a cualquier mujer que se pusiera a su alcance, o popular, que dio la puntilla a nuestra banca pública, también opinaba en el mismo sentido y nos ilustraba, como en la fábula del león y la cabra, sobre los beneficios que tendría para el empleo seguir sus directrices. Pero, como todo el mundo sabe, estos sabiondos ni previeron la explosión de la burbuja financiero-inmobiliaria ni han solucionado con sus recetas, mas bien al revés, las dificultades por las que están pasando muchos países. Nuestros amigos de Iberoamérica ya nos han contado muchas veces a donde les llevó en los años 80 el FMI y los dirigentes títeres que padecieron.
Los Gobiernos derechistas se aprovechan de las opiniones de esos burócratas mamporreros para utilizarlas como coartada cuando las aplican a sus ciudadanos. Ya estamos hartos de escuchar las ocurrencias del FMI, de la Comisión Europea, de la OCDE o del gobernador del Banco de España, siempre en la línea de atacar la sanidad, las pensiones o los salarios.
Cuando el entonces presidente Zapatero, en aquel tristemente famoso 12 de mayo del 2.010, presentó la primera batería de recortes y usó a Obama y a Merkel como coartada, me acordé de un chiste que me contaron hace años, en el que un elefante y una hormiga buscaron a un sacerdote para que los casara, cuando el cura les dijo que si no se daban cuenta que no hacían buena pareja la hormiga contestó mentirosa y compungida: “padre, es que estamos obligados”.
Pero, por primera vez en España desde la Transición, han bajado los costes laborales, mientras los precios y los impuestos continúan su escalada. Y estamos hablando de un país donde los sueldos, empezando por el salario Mínimo Interprofesional, son de los mas bajos de Europa y de un mercado laboral que es una selva donde reinan las fieras que imponen contratos con condiciones de trabajo tercermundistas.
Muchos trabajadores en España se han bajado el sueldo voluntariamente para evitar que su empresa cierre, eso les han contado y lo han creído, pero el paro sigue campando a sus anchas, como decía Marx, un ejército de reserva que presiona a los demás trabajadores a condiciones de semiesclavitud.

A Olli Rehn muchos le han hecho la peineta y otros se han acordado de su santa madre, pero esos individuos y esas organizaciones continuarán ahí mientras los Gobiernos que los nombran sigan ganando elecciones.

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