domingo, 11 de agosto de 2013

LA INSOSTENIBILIDAD DE ESPAÑA

Una de las cuestiones que mas me preocupan es si nuestro país, esta tierra donde vivimos que llamamos España, es, desde el punto de vista económico político, territorial, moral, etc, sostenible, si podrá sobrevivir y con qué se encontrarán, dentro de pocos años, nuestros hijos y nuestros nietos.
El otro día hice un ejercicio muy práctico, apunté en un folio la gente que conozco, amigos, familiares y vecinos, y luego fui señalando quienes trabajaban y quienes no, el resultado daba miedo. Lo peor es que esta estadística de andar por casa es perfectamente extrapolable a mi ciudad, a mi comunidad autónoma o al conjunto del Estado.
Cuando estábamos en plena fiesta y, merced al pelotazo financiero-inmobiliario, España crecía por encima del 3%, la gente sensata ya veía con preocupación algunas cosas que sucedían a nuestro alrededor: cientos de miles de prejubilados, proliferación de pensiones no contributivas, despilfarros en obras públicas faraónicas no imprescindibles, de difícil y costoso mantenimiento, etc. Pero, si hoy hiciéramos un mapa social de España nos encontraríamos con que solo hay menos de 11 millones de trabajadores que producen vienes, menos de 16 millones si incluimos los servicios (sumando también los funcionarios) para dar sustento a una población de casi 50 millones de habitantes. Es lógico que el conjunto de la sociedad vele, faltaría más, por los ancianos, después de una larga vida laboral, y, como los niños, tengan sus necesidades cubiertas. Pensiones, educación, sanidad, deberían ser intocables, pero, no me refiero a esos, sino a la pléyade de individuos o de colectivos que nos parasitan y que acabarán por asfixiarnos. Pongamos algunos ejemplos: ¿Cómo es posible que existan en España 3 millones de pensiones de invalidez? ¿Cómo es posible que existan medio millón de pensiones no contributivas (que no han cotizado) ¿Cómo es posible que existan colectivos enteros, alguno de cerca de un millón de personas, que crece al cuádruple del resto de la población, como el de los gitanos, que viven en su inmensa mayoría sin trabajar? ¿cómo es posible que vivan en España tres millones de inmigrantes indocumentados, que no cotizan, ni pagan impuestos directos, pero que tienen ingresos, incluidos los sociales y disfrutan de educación y sanidad públicas gratuitas?.
Cuando se debate la problemática social y su proyección en el futuro siempre sale a relucir que el actual sistema capitalista está en su fase final y que ya son evidentes algunas de sus contradicciones, pero, deberíamos ser conscientes también que en ningún sistema político-económico es sostenible una sociedad como la española, porque no existe capacidad de producir bienes y servicios y de generar ingresos suficientes para mantener a tanta gente. Cada día será mas difícil preservar el sistema de pensiones, la sanidad pública y unos salarios dignos, porque hay un ejército improductivo que presiona en sentido contrario. Lo progresista es advertirlo e intentar atajarlo.
A la insostenibilidad económica hay que añadir la política, con unos partidos incapaces de dar respuesta a los retos actuales, territorial, con CC AA que quieren dinamitar el Estado, o moral, donde la relativización de los comportamientos y utilidad de las tácticas lo justifica todo.
Francamente, lo tenemos muy difícil.

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