jueves, 28 de junio de 2012

CRECE LA ACTIVIDAD SÍSMICA EN CANARIAS

Estos días la isla de Hierro ha vuelto a temblar, con mas de 578 terremotos, 30 de ellos con una magnitud superior a 3 en la escala de Richter, e incluso uno llegó hasta 3,4. Tras la agudización de la actividad sísmica y volcánica de la primavera pasada, que se centró sobre todo en aguas muy próximas a la isla, el magma pareció dar una tregua a Hierro, pero ahora ha regresado con mayor ímpetu.
Todos sabemos que las Islas Canarias emergieron en el Atlántico, desde las profundidades del océano, debido precisamente a los depósitos de lava solidificada que se fueron acumulando en sucesivas erupciones volcánicas submarinas y que todo su subsuelo está presidido por el magma incandescente muy cercano a la superficie. El último episodio importante de actividad volcánica se produjo en Tenerife, en el volcán Teide, que con 3.718 metros de altura es el pico mas alto de España. La erupción fue bastante violenta pero menor, si tenemos en cuenta que este volcán es el tercero en tamaño de la Tierra, medido desde la base de su lecho oceánico. Desde entonces, este gigante que preside el archipiélago está tranquilo, pero para nada apagado, pues periódicamente sigue emitiendo fumarolas de gases que emergen desde sus entrañas. En los últimos tiempos el Teide también ha incrementado su actividad y ya no se permite la subida de turistas hasta la cima.
Entre los años 1.730 y 1.736 le tocó a Lanzarote sufrir el mayor azote volcánico conocido por el hombre en Canarias. La escasa población que vivía entonces en la isla tuvo que huir a toda prisa antes de que la lava ardiente lo cubriera todo. Lanzarote quedó arrasado y después de tantos años la fauna y la flora todavía no han podido recuperarse de la catástrofe. Vestigios de aquel acontecimiento son los numerosos pequeños volcanes que podemos observar en el Parque Nacional de Timanfaya y la gran capa de lava solidificada que podemos ver en los pedregales de su costa.
El incremento de la actividad sísmica en Hierro y de las fumarolas del Teide pueden ser el anuncio de que algo gordo se está preparando. Sin pretender alarmar a nadie (yo mismo iré a Lanzarote en breve, en otro de mis viajes a Las Islas Afortunadas) no estaría de más preparar y tener a punto un plan de emergencia que pudiera salir al paso de una crisis volcánica importante, no olvidemos que, al contrario que en 1.730, hoy viven y visitan Canarias cientos de miles de personas.
EE UU, por ejemplo, hace tiempo que vigila los cambios de temperatura del subsuelo canario desde sus satélites de observación, sabedores de que una explosión volcánica en el archipiélago español, similar a la que sucedió en Krakatoa el 27 de agosto de 1.883 (que sumió a toda la Tierra en tres días de oscuridad) provocaría un tsunami que arrasaría la costa este americana.
La subida de la temperatura media de la Tierra, debido al cambio climático provocado por las inmensos vertidos de CO2 a la atmósfera de la actividad humana, está teniendo entre sus consecuencias un gran incremento de las actividades sísmicas y volcánicas en todo el mundo y Canarias no es una excepción.
Hay que estar muy vigilantes.

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