jueves, 20 de enero de 2011

INCREIBLE, PERO CIERTO


Yo pensaba que, a estas alturas, ya estaba curado de espantos y que había perdido la capacidad de asombrarme con las cosas que suceden en este país, pues va a ser que no. Tendremos un Senado con traductores y pinganillos para poder expresarse y entender lo que dicen unos y otros, aunque todos hablen y comprendan a la perfección el mismo idioma. Cuando el desastre de la Torre de Babel, no disponían de traductores automáticos ni del dinero de los sufridos ciudadanos para semejantes tomaduras de pelo, pero seguramente esto acabará igual. El señor Zapatero, como no podía ser de otra forma, ha sido el primero en justificar la fechoría, mas ahora, que nos piden sacrificios todos los días.
También parece de locos que la Justicia y la Defensora del Pueblo (cargo que también tiene guasa) justifiquen y avalen el uso del burka, como en su día hizo Leire Pajín. Que estas feministas de pacotilla, que miran para otro lado ante problemas gravísimos para la dignidad de la mujer, como la prostitución, por ejemplo, caigan en continuas contradicciones es normal, pero que instituciones que deben tener especial cuidado en que se cumpla la letra y el espíritu de nuestra Constitución se conviertan en talibanes, ya es demasiado.
Lo mas fuerte es lo que se empieza a saber de las cosas que se están negociando en esas reuniones semi-secretas que están manteniendo el Gobierno y los sindicatos. Que el partido socialista, que nos está haciendo pagar la moratoria nuclear en el recibo de la luz desde que Felipe González era presidente, que el PSOE, que decretó el cierre de la central atomoeléctrica de Garoña para 2.013 y dijo que el mismo camino seguirían las otras centrales nucleares, pretenda cambiar ahora, como si fueran cromos, energía nuclear por edad de jubilación a los 67 años, parece un chiste malo. Señores, esto no es serio.
Los franceses, a pesar de que poseen numerosas tierras en ultramar, tienen un Estado de los mas centralistas del mundo, cuentan con 59 centrales atomoeléctricas en servicio y otra mas en construcción que abastecen el 80% de la energía eléctrica de Francia y les permite exportar a otros países, sobre todo a España, han prohibido el burka y han subido la edad de jubilación a los 62 años (muy lejos de los 67, para que trabajen los ancianos mientras sus hijos y sus nietos están en el paro). Los gabachos deben ser imbéciles y los listos somos nosotros.
Tenía convulsiones por el precio bestial del litro de gasolina (nuestro Gobierno ha subido tres veces los impuestos que gravan a los carburantes, cuando el petróleo había bajado temporalmente de precio) y sudaba viendo que la inflación está en torno al 3% mientras los salarios permanecen congelados o a la baja. Pero todo esto no formaba parte de una pesadilla, era cierto.

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