Tras la salida de Francisco Alvarez-Cascos del PP y el terremoto político que ello ha supuesto en Asturias, cada vez parece mas claro que el ex-secretario general, ex-vicepresidente del Gobierno y ex-ministro de Fomento, se ha embarcado en una cruzada cuyo desenlace es una incógnita. Tal es así que mientras algunos de sus seguidores han seguido su camino sin titubeos, otros que le jaleaban dudan, cuando no le han dado la espalda. No es una desgracia que, ante los acontecimientos, todos tengan que retratarse, al contrario, para un proyecto político que nace con aspiraciones importantes y que es probable que tenga abundantes cargos públicos electos, la limpieza de oportunistas, arribistas y pelotilleros coyunturales es impagable.
Definitivamente, Cascos va a presentarse a las elecciones con un nuevo partido o, mejor dicho, un nuevo movimiento político. En estos difíciles momentos D. Francisco me recuerda mucho a Hernán Cortés. El conquistador de México también había quemado sus naves para que el retorno no fuera posible y después de la famosa “noche triste” (también padeció una), cuando los españoles tuvieron que abandonar la capital azteca espada en mano, en su carrera hacia la salvación en una fortaleza de la costa, se encontraron en una gran llanura con miles de indígenas que les esperaban para darles matarile, algunos de sus capitanes aconsejaron a Cortés dar un rodeo por las montañas para intentar escapar, pero éste ordenó, al poco más de un centenar de soldados que quedaban, seguir adelante dando mandobles a diestro y siniestro. Contra todo pronóstico, ya sabe usted el resultado.
En Asturias se va a poner en cuestión la diversión y el cachondeo, porque es totalmente cierto que entre unos y otros se han repartido esta tierra, haciendo de las administraciones públicas sus cortijos. Con una población envejecida, la mayor parte de los jóvenes en paro, las industrias tradicionales en declive, las obras públicas paralizadas y la mas alta inflación del Estado, el panorama es desolador. Areces ve las cosas de otra manera, sin embargo hay algunos indicadores que no suelen mentir, la caída de las ventas de automóviles en el Principado es la mas alta de España y la oferta de empleo la mas baja. Pero, por primera vez en muchos años, para bien o para mal, la política regional aparece en los telediarios y en las primeras páginas de los periódicos de tirada nacional. Esta vez Asturias también va a luchar y el ruido se va escuchar en todas partes.
Cascos no puede permitirse el error de equivocarse, no se va a aglutinar a la gente tras un proyecto neonacionalista, aquí no se trata tanto de construir país, en el sentido identitario, como de proponer alternativas a los gravísimos problemas que padecemos, de poner encima de la mesa ideas que ilusionen verdaderamente a los asturianos. El bagaje tampoco es suficiente para ganar.
Primero se salió por la izquierda el Bloque por Asturies, que no quiso seguir tragando unido a IU píldoras como la de la macroincineradora de Serín, ahora hay una revolución en el centro derecha. Todavía hay dignidad.
¿Quién se llevará los votos con los que los asturianos van a castigar a los socialistas por su desastrosa gestión y sus políticas antisociales? ¿conseguirá Alvarez-Cascos aplastar al PP que capitanea Gabino de Lorenzo?, ya lo veremos, todo dependerá de los mimbres con que se construya la campaña para las elecciones de mayo.
Definitivamente, Cascos va a presentarse a las elecciones con un nuevo partido o, mejor dicho, un nuevo movimiento político. En estos difíciles momentos D. Francisco me recuerda mucho a Hernán Cortés. El conquistador de México también había quemado sus naves para que el retorno no fuera posible y después de la famosa “noche triste” (también padeció una), cuando los españoles tuvieron que abandonar la capital azteca espada en mano, en su carrera hacia la salvación en una fortaleza de la costa, se encontraron en una gran llanura con miles de indígenas que les esperaban para darles matarile, algunos de sus capitanes aconsejaron a Cortés dar un rodeo por las montañas para intentar escapar, pero éste ordenó, al poco más de un centenar de soldados que quedaban, seguir adelante dando mandobles a diestro y siniestro. Contra todo pronóstico, ya sabe usted el resultado.
En Asturias se va a poner en cuestión la diversión y el cachondeo, porque es totalmente cierto que entre unos y otros se han repartido esta tierra, haciendo de las administraciones públicas sus cortijos. Con una población envejecida, la mayor parte de los jóvenes en paro, las industrias tradicionales en declive, las obras públicas paralizadas y la mas alta inflación del Estado, el panorama es desolador. Areces ve las cosas de otra manera, sin embargo hay algunos indicadores que no suelen mentir, la caída de las ventas de automóviles en el Principado es la mas alta de España y la oferta de empleo la mas baja. Pero, por primera vez en muchos años, para bien o para mal, la política regional aparece en los telediarios y en las primeras páginas de los periódicos de tirada nacional. Esta vez Asturias también va a luchar y el ruido se va escuchar en todas partes.
Cascos no puede permitirse el error de equivocarse, no se va a aglutinar a la gente tras un proyecto neonacionalista, aquí no se trata tanto de construir país, en el sentido identitario, como de proponer alternativas a los gravísimos problemas que padecemos, de poner encima de la mesa ideas que ilusionen verdaderamente a los asturianos. El bagaje tampoco es suficiente para ganar.
Primero se salió por la izquierda el Bloque por Asturies, que no quiso seguir tragando unido a IU píldoras como la de la macroincineradora de Serín, ahora hay una revolución en el centro derecha. Todavía hay dignidad.
¿Quién se llevará los votos con los que los asturianos van a castigar a los socialistas por su desastrosa gestión y sus políticas antisociales? ¿conseguirá Alvarez-Cascos aplastar al PP que capitanea Gabino de Lorenzo?, ya lo veremos, todo dependerá de los mimbres con que se construya la campaña para las elecciones de mayo.
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