Los que han estado mintiendo con
el futuro del carbón hasta hace cinco minutos, los que han despilfarrado los
Fondos Mineros en chorradas, los que, en fin, nos han estado tomando el pelo
durante años, ante la cruda realidad y ante el inmediato cierre de las minas,
quieren salvar su cara, no vaya a ser que alguien les pida cuentas, en especial
los mineros, y no se les ha ocurrido otra cosa que prejubilaciones masivas, se
dice que a partir de 40 años ¿No había subido Zapatero la edad de jubilación a
los 67 años? Para este nuevo atraco, para volver a meter mano descaradamente en
nuestros bolsillos, cuentan con la inestimable ayuda de los sindicatos, unos
sindicatos correveidiles y pesebreros, los mismos sindicatos alcahuetes y
colaboradores de las felonías y de las fechorías de quienes nos gobiernan que
ya conocemos bien, aquellos sindicatos de clase que se han convertido en otra
clase de sindicatos. Ha llegado la fecha marcada en el calendario por Bruselas
hace ya años, ha llegado la hora de la verdad ¿Dónde se esconden ahora los que
decían que el carbón tenía futuro, los que nos contaban que habría nuevas
tecnologías para capturar CO2, los que fabulaban con que no se podía prescindir
del carbón asturiano? Si es así ¿por qué ese prurito repentino por prejubilar a
todos los mineros?
Todas las fuerzas políticas asturianas
han participado en este sainete (eche usted un vistazo a las hemerotecas) todas
menos los recién llegados, no sé si por ideología o porque no han tenido la
oportunidad de gestionar parte del cotarro, pero ahora, cuando va a tocar
pedirles cuentas, a esos partidos y a todos los que, con declaraciones, escritos y
otras acciones, les bailaban el agua no los vamos a encontrar en este asunto ni debajo de las
piedras. Quieren salvar la cara con nuestro dinero. Odio tener que decirlo,
pero, yo tenía razón.
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