El nuevo Gobierno italiano de los
populistas del Movimiento Cinco Estrellas y de los neofascistas de la Liga
Norte piensa afianzarse en el poder y no está dudando en tomar medidas que
gustan a la gente. Como todos sabemos, una de las medidas más contundentes que
ha tomado ha sido cortar de raíz la inmigración irregular masiva que había
padecido Italia en los últimos años, particularmente la procedente de Libia y
algunos países balcánicos, pues con la que les ha llegado de Rumanía, miembro
ya de la UE, no pueden hacer nada. Esta es una de las razones del porqué la
nueva Europa que se ha construido no gusta ya a la mayoría de los italianos y
esto, como usted sabe, no es ni mucho menos una singularidad de Italia, ya
hemos visto lo que ha pasado con el Brexit. Si la Comisión Europea ya no estaba
investida de legitimidad democrática (no la votan los ciudadanos) algunas de
sus decisiones la han desprestigiado todavía más y algunos países, para bien o
para mal, han decidido actuar por su cuenta. En el caso concreto de la
inmigración no solo Italia, también Reino Unido, Austria, Hungría, Bulgaria,
Polonia, etc. Al contrario de lo que hizo el Gobierno izquierdista griego de
SYRIZA, al que algunos le daban dos semanas en el poder, el nuevo Gobierno
italiano ha decidido liarse la manta a la cabeza y tirarse al monte y piensa
subir las pensiones y dar dinero al pueblo, exactamente igual que hacían los
emperadores de la antigua Roma con el pan y el circo para mantenerse en el
poder. La diferencia es que los
emperadores romanos enviaban a sus legiones a tomar países y robar sus riquezas
para amortizar la Deuda y el nuevo Gobierno italiano piensa pasarse por la
entrepierna el techo de gasto, el déficit impuesto por Bruselas y, en
consecuencia, la Deuda, que llegará a límites estratosféricos y que tendrán que
pagar los hijos y los nietos de los pensionistas actuales. Ya veremos lo que
les va a pasar con su prima de riesgo. Lo que sucede en Italia tiene algunos
rasgos comunes muy importantes con lo que sucede en España, desde el peligro secesionista,
que ahora, con los de la Liga Norte en el Gobierno de la República ha quedado
larvado, hasta el cachondeo económico. En efecto, como España, Italia tiene un
gigantesco fraude fiscal y una grandísima economía sumergida. Según algunas
estadísticas y según la propia Comisión Europea, Italia es el país donde menos
se paga el IVA de Europa. Yo discrepo en que Italia sea el país más fraudulento
de la UE, no por una corazonada sin base alguna, sino porque el fraude en
Italia está evaluado en unos 122.000 millones de euros, es decir,
aproximadamente el 7,5% de su PIB, mientras que ya durante el segundo Gobierno
de Zapatero el Banco de España estimó el fraude en nuestro país en
aproximadamente el 23% del PIB, unos brutales más de 260.000 millones de euros.
Pues bien, como se está hablando en España, Italia piensa subir las pensiones
como el IPC o más en algunos casos y, como en España, para eso su Gobierno no
piensa subir los impuestos a una clase media y a unos trabajadores ya
exprimidos de forma inmisericorde (a los ricos no los toca nadie porque tienen
su dinero en paraísos fiscales) y mucho menos acabar con la economía sumergida
y el fraude fiscal, a lo que, como aquí, nadie se atreve, lo que piensa hacer
el Gobierno italiano es elevar el déficit, es decir, aplazar el suicidio
colectivo, y para eso lo primero que han tenido que hacer es dar un corte de
manga a Bruselas y a una Comisión que cada vez tiene menos autoridad.
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