El Gobierno ya está pensando en
nuevas subidas de impuestos, no tanto por voluntad propia como porque son
imposiciones de su principal socio parlamentario, Unidos Podemos, que, esta vez,
no ha exigido ni un solo cargo para investir presidente a Pedro Sánchez pero
que, a cambio de los votos que proporcionan sus muchos escaños en el Congreso
de los Diputados, quiere que al menos se implementen algunas de sus medidas
programáticas. Es difícil, si de verdad eres de izquierda, criticar algunas medidas,
como algunas subidas de impuestos, que, en principio, suenan bien y molan
mucho, pero que si entras a analizarlas seriamente descubres que no son tan
justas como parecen. Hace algunos años yo era de los partidarios de que
tributaran mucho más por IRPF los salarios más altos, que es de lo que se está
hablando mucho ahora, hasta que un compañero de trabajo me sacó de mi error. Que
paguen más los trabajadores que más ganan es solo justo hasta cierto punto, me
corrigió mi amigo. Sus argumentos fueron demoledores: En una empresa hay dos
trabajadores bien cualificados, ambos se esforzaron durante muchos años en
estudiar mientras sus amigos iban de copas y pasaban de todo, los dos
trabajadores tienen un salario bajo y ocupan puestos de poco rango, pero un día
la dirección de la empresa los llama a ambos y les propone un cargo mucho más
importante y triplicarles el salario, pero a cambio tendrán que hacer más horas
y tener sobre sus espaldas mucha mayor responsabilidad. Uno de ellos acepta y
el otro no. Al cabo de unos años el primero ha llegado, con muchísimo esfuerzo
y robando horas a su vida y a su familia, a un cargo directivo y cobra más de
60.000 euros anuales y el otro sigue donde estaba cobrando un salario
miserable. El primero paga el 45% de IRPF, casi la mitad de su sueldo, en
impuestos, y cotiza mucho más a la SS, aunque no podrá cobrar más del tope
máximo de jubilación, mientras el segundo paga muy poco IRPF y cotiza mucho
menos a la SS, pero sí cobrará una pensión en función de lo que ha cotizado.
Pues bien, a ese trabajador que se ha dejado su piel en la empresa y del que ya
Hacienda, rayando en la usura, exprime como un limón, es al que quieren
exprimirlo aún más. ¿Es eso progresista y de izquierdas? ¿es eso inteligente? pero,
sobre todo ¿es eso justo? Entonces me caí de la burra.
Pues bien, subir los impuestos
brutalmente a los trabajadores (porque son trabajadores) que más ganan y subir
los impuestos a la banca y a las empresas (sociedades, no personas físicas) que
se repercutirán en los usuarios y en los clientes, no solo va en contra de la
competitividad de nuestro país va en contra de los intereses de la gente. No
solo no se sube así los impuestos a los ricos, así se suben los impuestos a los
de siempre.
Llama la atención que ninguna
fuerza política, pero en especial los que dicen tener una visión progresista de
la sociedad, dice absolutamente nada de entrar a saco contra el gigantesco
fraude fiscal y la gigantesca economía sumergida que tenemos en nuestro país, que
se lleva la brutal cifra de nada menos que el 23% del PIB según el propio Banco
de España. Estamos hablando de una cifra estratosférica de dinero, no de unos
500 millones de euros, que es lo que se puede obtener subiendo el impuesto del
IRPF a los trabajadores que más ganan ¿por qué Unidos Podemos no pone el acento
en este asunto?¿por qué no somos radicales de verdad y pedimos endurecer las leyes
y el Código Penal y/o acabar con el papel moneda?¿será porque entonces no
sabríamos que hacer con millones de personas que ahora viven en una economía
paralela y porque, en verdad, no queremos meter mano a los que nos defraudan a
todos? Me lo expliquen, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario