Aunque Pedro Sánchez había dicho
que una vez aprobada la moción de censura convocaría inmediatamente elecciones
generales, luego rectificó (este Gobierno, aunque breve, va a ser recordado por
sus rectificaciones) y dijo que iba a procurar agotar la legislatura y
convocarlas en 2.020. Como mentir no tiene ningún castigo político en este país,
está claro que, si se sabe aprovechar bien el tiempo y hacer bien las cosas, en
dos años se puede convencer a mucha gente para que te vote. De eso se trataba.
El Gobierno y el PSOE no salían
de su asombro ante lo que decían las encuestas del CIS sobre intención de voto
al poco tiempo de llegar Pedro Sánchez al Gobierno, pasando a ser los socialistas
los primeros con bastante diferencia, aunque todavía el PP seguía penalizado
por los escándalos de corrupción y el “efecto Casado” no computaba. Dicen
algunos que el poder desgasta, pero que desgasta más estar en la oposición,
algo que para nada es cierto, si lo fuera, Felipe González, por ejemplo, no
hubiera arrasado en 1.982, obteniendo mayoría absoluta, mientras UCD se
desmoronaba. Si haces las cosas mal te desgastas mucho más si estás en el
Gobierno que si estás en la oposición.
El Gobierno de Pedro Sánchez va a
tener que transitar en los próximos meses por un campo minado, un campo minado
que le dejaron las actuaciones de anteriores Gobiernos socialistas y populares.
Los políticos que han estado gobernando este país en los últimos treinta años
tienen algunas cosas en su haber pero tienen muchas más en su debe, muchos de
los problemas que padecemos se deben a actuaciones incorrectas y/o
irresponsables de quienes nos han estado gobernando y nadie sensato va a exigir
ahora al Gobierno de Pedro Sánchez que en pocos meses los solucione con una
varita mágica, lo único que le piden los ciudadanos es que no los empeore.
Lo que va a marcar la fecha electoral
son los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el año que viene. Para mí los
Presupuestos determinan siempre cosas mucho más importante, no solo si el
Ejecutivo y el Legislativo son mayoritariamente de izquierda o de derecha, que
también, sobre todo si son unas cuentas justas, cabales y las que necesita el
país. Pero, en el contexto político en el que nos encontramos, con un Gobierno
de un Partido Socialista que solo tiene 84 diputados, que no puede estar más
cogido con alfileres y con las tensiones territoriales gangrenándolo todo,
cualquier error provocará que no haya mayoría suficiente para sacar adelante
los Presupuestos y que se tengan que convocar elecciones sin poder esperar al
plazo previsto. Se equivocan los que piensan que los independentistas no darían
sus votos para aprobar los Presupuestos si no se les da algo a cambio, porque,
exactamente igual que sucedió en la moción de censura, tendrían muy difícil
vender a sus huestes que prefieren un Gobierno del PP y de Ciudadanos. Pero se
equivocan mucho más lo que piensen que algunas medidas, que ya ha anunciado el
Gobierno que piensa introducir en los PGE para 2.019, en concreto algunas
subidas de impuestos, no van a ser un obstáculo para que se puedan aprobar esas
cuentas. Los de Puigdemont y los del PNV no van a tragar con eso y antes de
perder votos provocarán la caída del Gobierno.
PSOE y Unidos Podemos necesitan
recaudar más para algunas de sus medidas sociales y algunas de sus ocurrencias
y ya hemos visto que eso no va a poder ser subiendo el IRPF a las nóminas de
más de 60.000 euros anuales (ahora ya hablan de 140.000) ni será suficiente con
que algunas empresas paguen más. Tampoco piensan, por supuesto, entrar a saco contra
la economía sumergida y el fraude fiscal. El gran error de este Gobierno y del
PSOE , un error que puede ser su perdición, es subir los impuestos a la gente,
a los españolitos de a pie, como la subida de impuestos al diésel después de
demonizarlo. Si Sánchez tiene que convocar elecciones anticipadas no va a poder
culpabilizar a nadie y no va a poder vender esas medidas ni con papel de regalo
y un lacito para que alguien lo vote.
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