sábado, 4 de agosto de 2018

GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS


Muchas de las cosas que padecemos los asturianos son por culpa nuestra. La minería y la industria siderúrgica estatales dibujaron una nueva sociedad en una región de minifundios, de “caseríes”, y de medianas industrial, como la textil, que agonizaban, sirviendo de salvavidas en aquel momento histórico, pero, a la postre, provocando otros problemas, como el monocultivo industrial, la parasitación política, sindical y empresarial, corrupción, despilfarro y, sobre todo, impidiendo la creación de una mediana burguesía pujante y de alternativas de futuro. Las consecuencias las estamos viendo ahora en toda su crudeza con la descarbonización. Lo despreocupación de los asturianos por el futuro, hasta que no tenemos el agua al cuello, va a la par, y forma parte de la misma filosofía, que el nulo interés por nuestro pasado, por nuestra historia, por nuestros héroes y por nuestros prohombres. Se cumplen ahora 1.300 años de la creación del Reino de Asturias y la efeméride, que está pasando casi desapercibida, no es, ni mucho menos, baladí, porque la constatación de esa realidad histórica es un argumento demoledor contra los que entonces, y después, durante mucho tiempo, pertenecían al Califato de Córdoba o al Imperio Carolingio  y que ahora, en base a una pretendida “nacionalidad histórica”, exigen privilegios discriminatorios sobre otras CC AA, incluida Asturias.
Lo más increíble de la ignorancia de los asturianos sobre nuestra propia historia es que la mayoría no conoce quien era Gaspar Melchor de Jovellanos, qué representó, cuáles eran sus ideas, etc. Si hiciéramos una encuesta a pie de calle preguntando a la gente sobre Jovellanos nos pondríamos a llorar, pero nuestro estado de ánimo no mejoraría si preguntáramos en las escuelas o en la universidad. Jovellanos es motivo de estudio en universidades extranjeras, pero aquí, en su propia tierra, es un perfecto desconocido. Cuarenta años después de la Guerra de la Independencia (1.808-1.814), en el diario “New York Tribune”, Karl Marx escribió una serie de artículos sobre “La España Revolucionaria”, los textos fueron publicados exactamente entre septiembre y diciembre de 1.854. En el artículo publicado el 27 de octubre, Marx, aunque no era la primera vez que lo hacía, hace mención expresa de Asturias, de la plena soberanía de la Junta General en los primeros momentos del conflicto, de la embajada asturiana enviada a Inglaterra y del político asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos, al que alaba como reformista y filántropo, poniendo como ejemplo su “Informe sobre el Mejoramiento de la Agricultura y la Ley Agraria” y entrando en detalles como la oposición del grupo que lideraba el Conde de Floridablanca a las ideas progresistas y muy adelantadas a su tiempo de Jovellanos. Un prusiano tuvo entonces la inteligencia que todavía hoy no tenemos los asturianos.

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