viernes, 4 de marzo de 2016

NUESTROS POLÍTICOS Y SUS VIDEOJUEGOS

España es uno de los países desarrollados con mayor fracaso escolar, son varias las causas, desde planes de estudio ridículos y que cambian cada dos por tres, hasta la incapacidad de padres y profesores para motivar a los niños y jóvenes en el estudio. Si es una lástima que un niño torpe no logre tener una mínima base académica, mucho peor es que niños superdotados se aburran en clase y dediquen sus capacidades a darle con el dedo al teléfono móvil o a matar monstruos alienígenas en la videoconsola.
El desastre en la escuela no es una singularidad en España, al contrario, el desastre se ha extendido como una mancha de aceite que ya impregna, pringosa, todas las actividades sociales. Si los niños ya no saben nada de Historia o de Geografía, los adultos han olvidado lo que es el honor, la lealtad, los principios y la palabra dada. Esos valores han pasado de moda.
Estos días hemos asistido al debate de investidura en el Congreso de los Diputados y casi todos los políticos que salieron al estrado me recordaron a esos niños desnortados que van camino de sacar la carrera, máster incluido, de imbéciles. No estaban haciendo los deberes, sino jugando a la videoconsola. Lo que nos contaban poco o nada tenía que ver con los verdaderos problemas que tiene España y los españoles; al final todo se redujo a quien era mas “tapón” si Rajoy o Pedro Sánchez.
Durante la campaña electoral se habló de los problemas que, según las encuestas del CIS, mas preocupan a los españoles, que se resumen en el paro y en, general, en la situación económica, pero, cuando ya se está hablando de programas de Gobierno y de pactos esas prioridades pasan a segundo o tercer término. El mundo virtual donde están inmersos nuestros políticos es como el mundo de esos niños que van camino del fracaso, unos se dedican a eliminar marcianos y otros a hacer triples saltos mortales con tirabuzón dialécticos y piruetas inverosímiles, mientras dejan los deberes para otro día.
Vivimos en un universo social de la estupidez y los que dirigen las sociedades y los Gobiernos forman parte de él con agrado, participan de las mentiras y difunden las patrañas para consumo del Pueblo. Han extendido la idea de que los Estados, y, por consiguiente, los ciudadanos, ya no pintan nada, que son otros, diga lo que diga la Constitución, los que dirigen los destinos del mundo y no se puede ir contra corriente, que nos gobiernan desde Bruselas y desde las instituciones financieras internacionales y que el poder financiero y las grandes corporaciones son las que, en verdad, tienen, la sartén por el mango, pero no nos han dicho que es porque nos dejamos y porque ellos, los que nos dirigen, son los capataces de esos amos. Una prueba evidente de que los Estados pueden ejercer su poder es el acuerdo que el primer ministro británico, Cameron, ha arrancado a la Unión Europea.
En España hay problemas muy importantes que no salen en las encuestas del CIS, porque los entrevistados están tan mediatizados por los medios de información y por los discursos de los políticos que ni siquiera son conscientes de ellos. ¿Cómo es posible, por ejemplo, que nunca salga a relucir el problema gitano, toda una etnia, mas de 800.000 personas, que viven de los subsidios en una sociedad paralela, con sus propias leyes e, incluso, con su propia religión? ¿cómo es posible que tampoco se hable de la prostitución, una actividad de las mafias que mueve cantidades astronómicas de dinero y que explota en España a mas de 400.000 mujeres? ¿como es posible, en fin, que nadie haya dicho estos días en el Parlamento como piensa cuadrar el déficit y pagar la astronómica Deuda que ya ha llegado al 100% del PIB?
Entre los folios donde llevaban escritos sus discursos, nuestros políticos tenían escondido el mando de la videoconsola.


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