domingo, 18 de mayo de 2014

LA TRAMPA DE LOS MUY PEQUEÑOS

El próximo domingo 25 de mayo  hay elecciones para el Parlamento Europeo, que esta vez se presentan mas en clave doméstica, pues muchos ciudadanos no quieren dejar pasar esta oportunidad para dar su parecer a la gestión de la crisis que está haciendo el Partido popular y a la labor de oposición de los socialistas. Precisamente porque los dos grandes partidos saben muy bien lo mal que lo han estado haciendo, están bastante nerviosos, y no se tiran a la yugular del adversario, prefieren entrar en debates estúpidos sobre si uno es machista o no en vez de hablar de la corrupción generalizada, donde ambos están metidos hasta el cuello, o de aportar soluciones a los problemas reales de la gente.
Por primera vez en mucho tiempo hay un clamor ciudadano contra el bipartidismo, al que muchos españoles consideran principal responsable de las penurias que están padeciendo. Todo el mundo sabe en este país que tanto unos como otros han aplicado las mismas o parecidas recetas neoliberales, dictadas por los burócratas de Bruselas, la Sra. Merkel y el Fondo Monetario Internacional, exactamente las mismas que se vienen aplicando en toda Europa bajo el pretexto de la crisis y que lo único que están consiguiendo es que la brecha entre ricos y pobres sea cada vez mas ancha y que la clase media esté siendo laminada. Nunca tuvo mejor coartada el Capital que la crisis económica.
Hay varias incógnitas que solo nos serán reveladas al cerrar los colegios electorales del domingo 25M. Por un lado cual va a ser el nivel de abstención y por otro cuantos votos van a perder PP y PSOE. Quién gane de los dos es lo de menos. Los populares están haciendo una campaña basada en intentar convencer a la gente de que todo está mejorando, ya sabe usted, que “ya se ve la luz al final del túnel”, pero ni los ciudadanos lo perciben en su vida diaria, mas bien al contrario, ni algunas cifras macroeconómicas lo confirman, como el crecimiento imparable de la Deuda Pública y las astronómicas cifras del paro. Sin contar con que se están pagando una buena parte del déficit echando mano de la hucha de las pensiones, algo que, de cara al futuro a medio plazo, da miedo. Los socialistas, por su parte, siguen siendo incapaces de ofrecer alternativas creíbles y arrastran, como una losa, las políticas antisociales de la última etapa del Gobierno de Zapatero, sus ocurrencias y sus despilfarros. Por mucho que se afane el PSOE en intentar vender la moto de que son diferentes la gente no va a tragar y eso se mostrará dramáticamente el día 25M, sino al tiempo.
El asunto de la “Gran Coalición” que se les ha escapado a algunos conspicuos del PP y del PSOE en esta campaña electoral, incluido al expresidente Felipe González, se ha escondido debajo de la mesa esperando su oportunidad, porque se han dado cuenta que eso no vende y que se debe sacar después de las elecciones generales y no antes, como se ha hecho en otros países donde la derecha y los socialdemócratas gobiernan juntos para que nada cambie y para impedir cualquier alternativa.

En las elecciones del 25M hay una trampa en la que la que los electores que quieran dar un voto de castigo al poder no debieran caer, la proliferación de partidos y plataformas electorales muy pequeñas, tanto a la izquierda como a la derecha, que carecen de organización alguna y de implantación social y territorial, no puede servir para fraccionar el voto y para malgastarlo, porque eso solo favorecería al poder del bipartidismo. Solo hay dos formaciones capaces de hacer sufrir verdaderamente a los grandes, IU y UPyD. También trabaja contra el cambio la abstención, quedarse en casa lamentándose y llorando por las esquinas. Deberíamos ser conscientes de ello.

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