martes, 24 de septiembre de 2013

¿PORQUÉ NO ABDICA EL REY?

Ante las dificultades físicas que padece nuestro monarca y teniendo en cuenta que la nueva operación de cadera lo obligará a varios meses de convalecencia, eso sin contar con su ya avanzada edad, vuelven a surgir voces sugiriendo que sería conveniente la abdicación y que su hijo, el príncipe D. Felipe, que según su propio padre es el heredero mejor preparado que ha tenido España, tomara el relevo.
Hace ya tiempo que nosotros lo sugerimos, pero no tanto por los problemas físicos de S. M., que también, como por acontecimientos que mermaron mucho la figura y el prestigio de D. Juan Carlos ante los españoles y ante la opinión internacional. El famoso episodio de la cacería de elefantes en Botswana, cuando en nuestro país arreciaban los recortes contra los ciudadanos, fue lamentable, pero aún lo fueron mas los escarceos amorosos, que ni mucho menos fueron los únicos, con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una aristócrata alemana de origen danés cuyas andanzas son cualquier cosa menos claras y ejemplares. La gota que colmó el vaso fue la implicación del yerno del Rey, Inaki Urdangarín, en el caso Nóos, asunto que aún colea y que todavía puede dar desagradables sorpresas a la Casa Real.
Por primera vez, nuestro Jefe del Estado no estará presente en la cumbre de países iberoamericanos que se va a celebrar en Panamá, donde no puede ser sustituido por el Príncipe de Asturias, porque no se ha hecho una ley orgánica que contemple la sustitución en determinados casos.  Su ausencia en este evento no es especialmente grave, estará el presidente Rajoy, pero es un ejemplo de que la situación actual no es la deseable. Hay que tener presente que la monarquía tiene entre sus deberes mas importantes la representación del Estado.
Distintos analistas han opinado sobre porqué D. Juan Carlos no abdica. Unos dicen que el Rey no es consciente que ha llegado a una edad y a una condición física que no le permiten seguir desempeñando adecuadamente sus funciones, al contrario de lo que ha sucedido recientemente con los monarcas de Bélgica y Holanda. Otros, que la situación que se va a producir los próximos meses en Cataluña puede ser tan grave que necesite de la intervención del Jefe del Estado, como en otra circunstancia histórica que todos recordamos, y que solo el prestigio del actual Rey podría hacer entrar en razón a todos. Y también hay gente que opina que el Rey no abdicará hasta que esté completamente seguro que no se verá implicado en el caso Nóos y en las andanzas de su yerno Urdangarín, pues dicen que este solo era un testaferro para recaudar dinero para toda la familia. El Rey, en contra de lo que D. Juan Carlos nos dijo en su discurso de Nochebuena de hace dos años, es la única persona que tiene inmunidad jurídica, es decir, evidentemente, no todos somos iguales ante la Ley.

Hay, sin embargo, otras razones de mucho peso, que todavía no vamos a escribir aquí, que aconsejan la abdicación de nuestro rey. Ya  se lo pedimos hace unos meses y, por el bien de España, se lo volvemos a pedir ahora.

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