sábado, 7 de septiembre de 2013

LOS SOLDADOS ESPAÑOLES EN LÍBANO, EN PELIGRO

La irresponsable actitud del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al firmar un documento, en la cumbre del G-20 en San Petersburgo, junto con otros 9 países, apoyando las tesis de EE UU para bombardear Siria, pone en grave peligro a las tropas españolas de interposición desplegadas en el Líbano bajo bandera de la ONU.
Los soldados de la ONU fueron desplegados en Líbano después de la última invasión israelí que, aunque utilizó toda clase de armas contra la indefensa población civil, incluidas bombas de aviación de fósforo blanco (ante la pasividad de la “comunidad internacional”) salieron mal parados, pues tanto sus buques, que bombardeaban desde la costa, como sus carros de combate “Merkava”, tuvieron la respuesta adecuada de los misiles de fabricación iraní en manos de Hezbolá. En teoría, la misión de la ONU tenía por objeto evitar que los milicianos del “Partido de Dios” atentaran contra Israel, pues ese era el pretexto sionista para invadir Líbano, pero la realidad era muy distinta y Hezbolá estaba encantado con el despliegue de los cascos azules, pues eso era una garantía contra nuevas invasiones de Israel. En un principio se temió que los soldados españoles, y de los demás países que participaban en el operativo, estuvieran en el punto de mira de Hezbolá, pero fueron respetados y se impuso la confraternización entre soldados y civiles.
El presidente Obama, desesperado porque las grandes potencias dieron la espalda a sus belicosas iniciativas en la cumbre del G-20, ha presentado un documento de apoyo a los mas dóciles, para no salir con el rabo entre las piernas de San Petersburgo. Pero, Rajoy no solamente ha firmado ese documento, el ministro de Defensa, Morenés, se ha entrevistado con varios generales del Pentágono para preparar toda la logística para el despliegue aéreo y naval norteamericano que, como ya sucedió en otras ocasiones, utilizará las bases españolas como plataforma para la agresión. De facto es una declaración de guerra que no ha pasado, como exige la Constitución, por el Parlamento, y, por supuesto, sin el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.
Solo queda pendiente la aprobación del Congreso de los EE UU el día 9, cosa mas que probable, pues de todos es sabido que el lobby del armamento sufraga las campañas electorales de muchos políticos estadounidenses y que, tras la retirada de Afganistán, urge otra guerra, pues hay que mantener la actividad de las 25.000 fábricas que se dedican a esta actividad en USA.
Pero, este conflicto no va a ser como los de Iraq y Afganistan, puede convertirse en otro Vietnam, pues enseguida va a implicar a otros países de la zona, entre ellos a Líbano, donde los algo mas de 800 soldados españoles, gracias a Rajoy, serán ahora objetivo a batir.
No es la primera vez que los EE UU actúan militarmente en la zona, cualquier excusa es buena, ya en los años 80 los norteamericanos bombardearon profusamente Líbano, causando miles de muertos. El acorazado de 58.000 toneladas “New Jersey”, utilizado como buque de línea, era particularmente odiado,  pues hostigó durante varios meses a la población  pacífica del Líbano, usando incluso las piezas de 406 mm (calibre principal). Se retiraron tras el atentado contra su embajada en Beirut, el cual tuvo lugar el 18 de abril de 1.983, causando mas de 60 muertos, la mayoría personal de la embajada y de la oficina regional de la CIA.
El presidente del Gobierno tiene que comparecer de inmediato en el Congreso de los Diputados y explicar porqué, como hizo Aznar (esa fue la verdadera razón por la que el PP perdió las elecciones ante Zapatero) quiere llevar a España a una guerra ilegal que rechaza mas del 80% de sus ciudadanos, independientemente de su filiación política, conscientes de que puede ser mucho peor el remedio que la enfermedad.
En la foto: el ministro de Defensa español, Pedro Morenés, en el Pentágono.

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