domingo, 15 de septiembre de 2013

EL ACUERDO SOBRE SIRIA

Todo parece indicar, si no hay alguna sorpresa en los próximos días, que,  gracias al acuerdo entre EE UU y Rusia sobre la destrucción de todas las armas químicas y a que el apoyo internacional a Obama en sus planes de agresión ha sido muy tibio, no se producirá el ataque norteamericano y de alguno de sus aliados a Siria.
Se ha debatido mucho estas semanas sobre el ataque químico, aunque ya hubo al menos otros dos en la Guerra de Siria. Sin embargo esta vez se intentó utilizarlo mediáticamente y como propaganda por los rebeldes para forzar una intervención occidental que cambiara el signo de los acontecimiento, pues, a pesar del dinero de Arabia Saudí y Catar, del apoyo logístico de Turquía y Jordania y del armamento suministrado por varios países de la OTAN, los mercenarios están perdiendo la guerra y han sido diezmados en varios frentes. Aunque, a día de hoy, todavía no se ha podido probar que fuera el ejército gubernamental sirio el autor del ataque químico y de que existían informes de los inspectores de la ONU de que habían sido los rebeldes los que ya habían utilizado esas armas, el pretexto era bueno para intentar acabar (como se hizo en Libia) con el régimen de Al Assad, que está resultando un hueso mas duro de roer de lo que se pensaba.
Siria ha sido amenazada con ser atacada al margen de la legalidad internacional, es decir, sin mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, por una acción cuya autoría es mas que dudosa, sin embargo sí están plenamente demostradas otras acciones sobre las que nadie ha puesto el grito en el cielo: la implicación de varios países en una agresión hacia un país soberano, el ataque de otros Estados sin provocación alguna (tanto Israel como Turquía han bombardeado varias veces Siria durante esta guerra) y el reclutamiento de mercenarios, gracias a los oficios de la organización terrorista Al Qaeda en varios países, incluida España, donde, según el diario “El País” del domingo 15 de septiembre, fueron reclutados al menos 100 mercenarios yihadistas.
Rusia ha puesto toda la carne diplomática en este asador y el presidente Putin ha jugado muy fuerte para intentar mantener a Siria en su área de influencia. Rusia no solo se ha comprometido a garantizar el desarme total del arsenal químico sirio, seguramente también a proteger a Siria, que ahora se queda indefensa, de la posible agresión de alguno de sus vecinos. Porque, al calor del debate sobre las armas químicas sirias, a algunos se les ha calentado la boca hablando sobre la maldad de ese régimen al mantener estas horribles armas en su arsenal. Seamos serios, el principal enemigo de Siria, al margen de los regímenes sunitas feudales de la Península Arábiga, es Israel, que no solo ocupa parte del país (Altos del Golán) y, como hemos dicho, lo bombardea cuando le viene en gana, con la complacencia de la “comunidad internacional”, sino que, además, tiene un arsenal nuclear muy importante, con cientos de ojivas atómicas y sus vectores de lanzamiento, desde aviones F-15 de fabricación USA, hasta modernos submarinos, suministrados por Alemania, armados con misiles de crucero, y toda la misilería de la serie “Jericó” (cohetes balísticos), incluido el “Jericó III” con carácter estratégico y un alcance de 11.000 kilómetros. Al lado del arsenal israelí, los cohetes “Scud” y las armas químicas sirias son del paleolítico, pero algo disuadían. El, según algunos, pérfido régimen sirio ya se ha comprometido a firmar el tratado sobre la destrucción y no utilización de armas químicas, pero Israel no quiere ni oír hablar de firmar el Tratado de no Proliferación Nuclear.

A pesar del acuerdo y que parece que se aleja el peligro de las bombas occidentales, el desenlace del conflicto aún es una incógnita. Rusia ha apostado fuerte por la solución pacífica y diplomática y aboga con una conferencia de Ginebra 2 donde se llegue a un compromiso que ponga fin a una guerra que ya ha hecho sufrir demasiado al pueblo sirio. Pero, hay un explosivo cóctel de intereses que trabajan en sentido contrario. Los tiránicos regímenes feudales sunitas, que se ven amenazados por el creciente poder de Irán (Siria es aliada de los persas), los deseos sionistas y los intereses del entramado militar-industrial de los EE UU, que necesita guerras periódicas para dar salida a una producción de armamento que excede, con mucho, las necesidades defensivas norteamericanas.
NOTA: Fíjese usted bien en la foto, porque no tiene desperdicio.

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