domingo, 29 de septiembre de 2013

IU Y LA RUPTURA DEL PACTO TÁCITO

Tras las últimas elecciones en el Principado, forzadas, recordémoslo, porque PSOE y PP votaron en contra de los presupuestos que había presentado Foro Asturias (IU se abstuvo), se produjo un reparto singular de los 45 escaños que componen la Junta General, donde sumados los diputados socialistas y rojiverdes empataban a 22 con la suma de los del Foro Asturias y PP. Rompía la paridad el único escaño que había obtenido UPyD, y la formación magenta fue cortejada durante varios días hasta que hizo público que no pactaría con la derecha.
El PSOE y UPyD firmaron un acuerdo de legislatura gracias al cual los socialistas se aseguraban la mayoría. A cambio del voto de Ignacio Prendes, la FSA-PSOE permitiría presidir al diputado de UPyD la comisión de investigación del caso Renedo, una forma de amortiguar escrúpulos y servir de coartada a UPyD para facilitar el acuerdo. Pero, el prurito por retomar un poder que se estuvo ejerciendo en Asturias durante décadas, y que había creado todo un entramado clientelar que presionaba a los socialistas a volver a tomar las riendas del Gobierno de esta comunidad autónoma, hizo que el PSOE cediera a la pretensión de la formación que dirige Rosa Díez para que se reformara la Ley Electoral, lo que beneficiaba a los pequeños partidos.
Sin embargo, como había sucedido en otras legislaturas, era IU la que decidía, porque sin el apoyo de sus cinco diputados y su influencia sindical y social los socialistas no podrían gobernar. Esta vez no habría acuerdo de Gobierno. Las bases de la coalición habían decidido, después de todo lo que sucedió en el Gobierno de Areces, que IU no volvería al Ejecutivo asturiano. Hay, eso sí, un pacto tácito que podemos resumir en estas coincidencias: impedir que gobierne la derecha, que la reforma electoral se lleve a cabo, que el impacto social de las medidas de ajuste del Gobierno central se mitigue y que se dejen en el congelador iniciativas que la coalición considera odiosas, como, la tan querida por los socialistas, macroincineradora.
Pero, la realidad es tozuda y las cabras siempre tiran al monte. En las últimas semanas empezó a quedar diáfano que los socialistas no piensan reformar la Ley Electoral, algo que, evidentemente, les perjudica, y que siguen, pasito a pasito, con su intención de instalar una “planta de valorización energética” un eufemismo que emplean para no asustar a la gente con la quema de miles de toneladas de basura y la emisión masiva a la atmósfera de dioxinas y furanos, en una región que, como se ha hecho público no hace mucho, tiene el aire mas contaminado de España. A todo esto hay que sumar que muchas de las partidas imprescindibles para paliar el impacto social de la crisis, aprobadas en los pasados presupuestos, no se han ejecutado. A este cóctel se une, además,  el crecimiento electoral que IU-Los verdes protagoniza en todas las encuestas, al aparecer ante la opinión pública como la única formación política importante que se opone, de verdad, a las políticas neoliberales de ajustes y recortes y la que menos afectada está por los escándalos de corrupción.
Hay pactos rentables, explícitos o tácitos, como los que IU mantiene con los socialistas en Andalucía y los que obligan al PP de Extremadura a tomar medidas de progreso, y otros por los que, por inútiles, ya está sonando su réquiem, como los de Asturias.

En Corvera, la militancia de base de IU ya ha dicho basta y se ha roto el pacto con los socialistas, y ese puede ser el preámbulo de la ruptura total a nivel de Asturias y de la apertura de hostilidades en todos los frentes. Si esto ocurre, Javier Fernández tendrá muy difícil sacar adelante los presupuestos para 2.014 y seguir vendiendo humo, no solo en sentido figurado, a los asturianos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario