domingo, 5 de mayo de 2013

ISRAEL ATACA A SIRIA


Por segunda vez en pocos meses, la aviación israelí ha vuelto a atacar objetivos importantes en Siria (esta vez en el propio Aeropuerto de Damasco), pero también se han producido múltiples incursiones de menor entidad desde que empezó la guerra civil, en una flagrante violación de la Carta Fundacional de Naciones Unidas y del Derecho Internacional, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados el régimen sionista.
Bajo el pretexto de que la milicia libanesa de Hezbolá, que apoya al régimen de Bashar al-Assad, no se haga con misiles iraníes, Israel no tiene ningún empacho en violar la soberanía siria, como hizo el  6 de septiembre de 2.007 bombardeando la central nuclear de Al-Kibar, utilizando para ello aviones F-15 y F-16, misiles aire-tierra AGM-65 Maverick y bombas de 227 kilos, todo ello de fabricación norteamericana y como volvió a hacer el 13 de noviembre de 2.012, en una operación conjunta con fuerzas de los EE UU, al bombardear Sudán, un país indefenso, situado a miles de kilómetros, que no supone ninguna amenaza. ¿Qué diría la comunidad internacional si Siria, en legítima defensa, respondiera al ataque israelí o bombardeara Turquía, Arabia Saudí o Qatar, países que prestan apoyo logístico y financian la revuelta?.
La guerra que se está librando en Siria corre el peligro de internacionalizarse aún más y convertir ese conflicto en un peligro para la estabilidad y la paz mundiales. Tanto Israel como EE UU tienen un interés estratégico en esa guerra que nada tiene que ver con las legitimas aspiraciones democráticas del pueblo sirio. Siria ha sido un baluarte que ha impedido que las periódicas invasiones sionistas de Líbano se convirtieran en ocupación permanente y es aliado de Irán, que no cuenta con armamento nuclear, como Israel, pero que ya posee una industria militar cuyos suministros garantizan en parte que sus aliados no estén indefensos, como se demostró en la última invasión israelí de Líbano, donde Hezbolá, gracias a los misiles iraníes, causó estragos en los carros de combate Merkava y en la marina de Israel, que bombardeaba a la población en la costa libanesa. 
Mientras la propaganda quiere convencer a la opinión pública de la maldad del régimen de al-Assad, nada se dice de quienes están armando, financiando y dando toda clase de apoyos a grupos de mercenarios reclutados en países árabes, y hasta en Europa (también en España), agitando la confrontación entre sunitas y chiítas (como hacen en Irak) y utilizando, incluso, la infraestructura de Al-Qaeda.
Seguramente los españoles tendrían otra perspectiva y otra opinión de la Guerra de Siria y de las acciones piratas e ilegales de Israel si estuvieran bien informados y fuera de conocimiento público las actividades que el régimen sionista realizó en España durante la presidencia de D. Adolfo Suárez que, no lo olvidemos, salvó su vida gracias al aviso de los servicios de inteligencia sirios (cuando gobernaba el padre del actual presidente) de que se preparaba un atentado (con un avión radiodirigido) contra el estrado de autoridades, en el desfile de las FF AA que se iba a celebrar en Las Palmas. 
Es imprescindible que se imponga la racionalidad de la negociación y que la ONU garantice la soberanía de los Estados que la integran, antes de que el Derecho Internacional sea sustituido por la ley de la selva.

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