viernes, 28 de diciembre de 2012

COMO SUICIDARSE POLÍTICAMENTE

Cuando el entonces presidente Zapatero, en aquel tristemente famoso 10 de mayo de 2.010, tomó algunas decisiones que van a afectar a la vida de los españoles durante generaciones, los dirigentes socialistas se dieron cuenta de que perderían las elecciones generales, aunque no fueron conscientes de que caerían estrepitosamente en todas las consultas electorales y su partido sería gravemente dañado ante la opinión pública. A día de hoy el PSOE todavía no ha sido capaz de reaccionar.

El PP se aprovechó del desprestigio de los socialistas para llegar al Gobierno con mayoría absoluta, cosa que Rajoy ni en sueños se había imaginado. Pero esa horquilla de 3 ó 4 millones de votos que decide quién llevará las riendas durante cuatro años votó un programa que nada tiene que ver con la praxis política del Ejecutivo que preside Rajoy y, sobre todo, utilizó su voto como castigo a la gestión de los socialistas. Los populares parece que no lo han entendido y se han embarcado en una competición con el PSOE para ver quién decepciona mas a los españoles. Rajoy, que había prometido bajar los impuestos, subió el IRPF, el IVA y todo tipo de tasas. En muy poco tiempo (el PP lleva un año en el Gobierno) los populares han conseguido que una gran parte de los españoles les vuelvan la espalda y, lo que no ocurrió con los socialistas, que sean muchos de los otrora incondicionales los que ya se les están enfrentando. El Gobierno de Rajoy, bajo la coartada de disminuir el déficit, no solo se está prodigando en castigar a los ciudadanos con todo tipo de medidas draconianas (eliminación de paga extra de los funcionarios, incremento de las pensiones por debajo de la inflación, subidas de electricidad, gasolinas, tasas judiciales, etc), además ha desempolvado algunas de las ideas de la peor calaña neoliberal, como la privatización de la sanidad pública, que empezó en la comunidad autónoma de Valencia y pretenden extender a la de Madrid.

No se trata de que hospitales y seguros privados compitan o se complementen en un libre mercado con el sistema público de salud, sino de entregar las instalaciones y toda la costosa infraestructura a la rapiña de la gestión privada. Es decir, los españoles ponemos los medios para que cuatro aprovechados hagan el negocio. Esto no es nuevo, algo parecido ya ocurre con la ORA, la ITV, la gestión privada de AENA, etc, pero que se haga a costa de nuestra salud es mucho mas indignante.

Quedan tres años, como mucho, para las próximas elecciones generales y el tiempo corre inmisericorde. Rajoy y su equipo nos han contado que medidas durísimas como su Reforma Laboral darían sus frutos, que la subida del IRPF sería solo por dos años y que los impuestos bajarían a la menor oportunidad, pero la gente, como pasó con los brotes verdes de Zapatero, ya está empezando a caerse de la higuera, porque el incremento del desempleo y el cierre de comercios y empresas no cesa y porque se coge antes a un mentiroso que a un cojo.

A pesar de la dramática pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, que está consiguiendo echar a pique nuestro mercado interno, ya se anuncian múltiples subidas de precios en enero.

Los partidos mayoritarios están cometiendo un error histórico porque, por primera vez desde la Transición, las próximas elecciones generales van a ser muy distintas y los españoles pueden dar, con su voto, un puñetazo encima de las urnas, ya que la ira acumulada va a alcanzar cotas muy peligrosas para el status quo. Partidos como IU y UPyD, a poco que se pongan las pilas, pueden crecer exponencialmente y también hay movimientos trasversales entre bambalinas que van a deparar mas de una sorpresa. Los mas listos ya están buscando nueva casa.

El suicidio de unos coincidirá con el nacimiento de otros.

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