jueves, 23 de agosto de 2012

EUSKADI, LA HORA DE LA VERDAD

El lehendakari, Patxi López, ha adelantado las elecciones en el País Vasco, que se celebrarán el 21 de octubre, no casualmente, un día después del aniversario del cese de la violencia. Llega la hora de la verdad, pero no tanto para decidir quien va a gobernar a los vascos los próximos 4 años, como para que la gran mentira que se ha montado en torno al fin de ETA quede completamente al descubierto.
Se ha vendido a la ciudadanía que ETA estaba derrotada y que el terrorismo había sido vencido, pero eso no es cierto. Ni los golpes policiales ni las estrategias negociadoras de Zapatero han arrinconado a los violentos. Es falso que haya desaparecido ETA, solo ha cambiado de estrategia.
Durante mucho tiempo, ETA ha sido el brazo armado de KAS (Koordinadora Abertzale Socialista) organización que nació el 1 de agosto de 1.975 y que fue agrupando en su entorno al brazo político, Batasuna, los sindicatos LAB y LAK, gestoras pro-amnistía, Herriko tabernas, la organización juvenil Segi, etc. A pesar del paso de los años, básicamente no ha cambiado el organigrama de los violentos, algo básico en cualquier manual sobre la guerra subversiva. La serpiente que está representada en el bandera de ETA, enroscada sobre un hacha, debería tener dos cabezas, una la que constituye el brazo político, llámese Batasuna, Amaiur, Sortu o Bildu y otra la del brazo militar, los comandos de matones armados. Durante mucho tiempo, la estrategia de KAS fue formar una mayoría independentista usando como principales herramientas los atentados, la extorsión del "impuesto revolucionario" y la violencia callejera de la Kale Borroka, su intención era amedrentar a los que no comulgaban con sus ideas y llegar a hacerse hegemónicos. Pero, la experiencia demostró que el camino no era el correcto, porque en las elecciones no superaba el 15% de votos y el PNV, aliado imprescindible para cualquier aventura soberanista con posibilidades de éxito, no estaba dispuesto a gobernar con los asesinos. También es cierto que el colectivo de presos, muchos condenados a largas penas de cárcel, y los éxitos de las operaciones llevadas a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con la inestimable colaboración de la Gendarmería francesa, pesaron lo suyo a la hora de dejar aparcadas las armas para centrarse en la lucha política. Pero, no nos engañemos, ni ETA ha desaparecido ni ha entregado las armas, ni los independentistas radicales han dejado de ser violentos ni han renunciado a imponerse a los demás a cualquier precio.
El guión de lo que va a suceder, si un milagro no lo impide, está escrito desde hace mucho tiempo. Desde que las direcciones de Batasuna y el PNV se pusieron de acuerdo sobre los pasos a seguir. Una coalición de Gobierno entre BILDU y el PNV, algo mas que probable, abriría las puertas a un proceso independentista que comenzaría con una declaración parlamentaria e iría seguido por movilizaciones y manifestaciones orquestadas desde el propio Gobierno vasco. Todo esto sucedería ante el desconcierto del Gobierno central y de las instituciones del Estado, con unas Fuerzas Armadas incapacitadas para hacer cumplir el mandato constitucional y con los ciudadanos españoles centrados en capear el temporal de la crisis económica.
Nunca he deseado mas estar completamente equivocado, aunque solo sea por los muertos y las víctimas, sería muy triste que su sacrificio no hubiera servido para nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario