miércoles, 1 de agosto de 2012

EL DÉFICIT SE DISPARA

Como era de prever, las medidas aplicadas por el Gobierno de Rajoy para contener el déficit de las cuentas del Estado no solo no han conseguido reducirlo, al contrario, está aumentando de forma espectacular, tanto es así, que en los seis primeros meses del año ya es de más del 4%, cuando el objetivo impuesto por Bruselas para todo el año era del 3%, que luego se permitió elevar hasta el 5%, postergando parte del ajuste al ejercicio 2.013. Y todavía queda pendiente la subida del IVA que se aplicará en septiembre y la paga que dejarán de percibir los funcionarios en diciembre, que serán otras contribuciones valiosas al desajuste presupuestario que al final del año superará el 7%. Pero el equipo económico del Gobierno del PP no solo es incapaz de controlar el déficit, otras cifras macroeconómicas también dan miedo. La inflación ya supera el 2,2%, algo gravísimo en una economía en recesión, pues todos los organismos económicos internacionales y todas las agencias de calificación coinciden en que España tampoco crecerá en los dos próximos años. Para mas inri, la fuga de capitales en los primeros meses del año asciende a la astronómica cifra de mas de 300.000 millones de euros. En este escenario, no es aventurado pensar que nuestro país terminará 2.012 con mas de 6 millones de parados y con una gran parte del tejido productivo arrasado.
Además de la incapacidad de los ministros de Economía y de Hacienda y del propio presidente del Gobierno (el mismo se erigió en máximo responsable del área económica) para tomar las medidas que son imperativas para controlar el déficit y evitar tener que seguir acudiendo a los mercados de Deuda, que en los bonos a 10 años nos están cobrando más de un 7% de interés, el Ejecutivo de Rajoy también se enfrenta a la rebelión de las comunidades autónomas donde no gobierna el PP. El desplante de Cataluña y Andalucía en la reunión del Consejo de Política fiscal y Financiera y el voto en contra de Asturias y Canarias a las medidas presentadas, lo dice todo. Cataluña, a pesar de que ha tenido que recurrir al rescate, no piensa acometer los ajustes con los que "políticamente" no está de acuerdo; Andalucía tiene un agujero enorme que ya no se puede encubrir, pues todo el mundo sabe ya que sigue habiendo miles de facturas en los cajones pendientes de pago y sin contabilizar. Pero todas las CC AA piensan seguir con las televisiones autonómicas, las subvenciones a los chiringuitos creados durante los años de la alegría, los salarios sociales a colectivos que no tienen ninguna intención de trabajar, los cientos de cargos políticos de confianza, la maraña de la economía sumergida permitida (que no paga impuestos, pero que absorbe ingentes recursos sociales), etc.
Tienen razón los analistas extranjeros cuando siempre ponen el acento en que las CC AA, con sus despilfarros, su clientelismo y su libre albedrío son nuestro principal problema.
Los nuevos reinos de taifas no están dispuestos a recortar donde deben y, como acaba de hacer el Gobierno de Cataluña, dejarán de pagar a los hospitales y los geriátricos para poder mantener sus embajadas en el extranjero y otros lujos que no nos podemos permitir en la actual coyuntura económica.
Tal parece que todos se hubieran confabulado estúpidamente para que el déficit se dispare.

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