SEPTIEMBRE NEGRO

No nos referimos a septiembre de 1.970, que acuñó este título, cuando el ejército jordano masacró a los palestinos, algo de lo que se ha hablado poco en Occidente, sino a este, tan negro como hemos venido anunciando.
La crisis ha dejado tan desconcertada a la gente que, en vez de echar a gorrazos a los que hicieron todo lo posible porque estallara, es decir, una salida a la islandesa, se ha permitido que los mismos que la liaron sean los que sigan gestionando el grave estado de la economía mundial. Llevan ya muchos meses tomando medidas que nos dicen imprescindibles, pero todas las cifras macroeconómicas, lejos de mejorar, siquiera ligeramente, no han hecho mas que empeorar. Bueno, para decir toda la verdad, solo el déficit ha mejorado, pero a un costo tremendo. Los pueblos van a acabar siendo los verdaderos responsables por consentirlo.
Este mes, como habíamos previsto, va a ser histórico, pero no sabemos cual va a ser la secuencia de los eslabones de la cadena del desastre. De momento, y no es moco de pavo, Grecia se acaba de declarar insolvente, a pesar de los cientos de miles de millones de euros que hemos puesto encima de la mesa los europeos, incluido nuestro banco central, que ha estado comprando la Deuda que nadie quiere. En Italia, el desprestigiado y dependiente (de la Liga Norte) Gobierno de Berlusconi no ha sido capaz de tomar las medidas necesarias para enderezar la grave situación económica del país y la explosión social se está gestando desde hace semanas. ¿Que podemos esperar de un Gobierno cuyo primer ministro dice que su propio país es una mierda?. En España los políticos están tan desesperados ante lo que va a venir, tienen tanto miedo, que hasta han modificado la Constitución, soslayando el consenso que tanto trabajo costó conseguir en 1.978. Zapatero y Rajoy tienen la vana esperanza de que, dando de comer un brazo de nuestra España al monstruo, puedan salvar el resto del cuerpo. Otra vez se van a equivocar.
La socialdemocracia ha caído y nunca mas volverá a levantar cabeza. Es la nueva derecha, que en Europa lideran Merkel y Sarkozy, la que ya nos gobierna, nos impone y piensa que va a poder seguir con sus fechorías impunemente.
Pero la crisis estalló en los EE UU y seguramente sea allí el principal escenario de la traca final. Obama consiguió que los republicanos acabaran aceptando elevar la Deuda por encima de los estratosféricos 14,29 billones de dólares que autorizaba la ley para que el país no se declarara en quiebra, pero a cambio prometió reducir drásticamente el déficit, ¿en qué partidas se meterá tijera?. Como dijimos, no va a ser en Defensa, que tiene un presupuesto anual de un billón de dólares y cuyo entramado militar-industrial paga la carrera política de senadores y presidentes, será el resto de la economía, la verdaderamente productiva y con carácter multiplicador, la que sufra. Estos locos han puesto al pueblo norteamericano en el tobogán hacia el sufrimiento.
En España, la derecha emergente, que ya ha conseguido el gobierno de casi todas las CC AA y la mayoría de ayuntamientos, está tomando medidas para intentar paliar la difícil situación que han dejado los socialistas, pero, seamos justos, no solo ellos. El ejemplo de lo que Dolores de Cospedal ha anunciado para Castilla la Mancha, una disminución del presupuesto del 20%, sirve para ver por donde van a ir los tiros.
Se renuncia a una mayor recaudación de impuestos, no gravando mas al sufrido ciudadano, que ya paga demasiado, sino a los que defraudan habitualmente a Hacienda. Nadie va a atacar la economía sumergida, que representa el 23% del PIB, y si ahora la caída de la actividad económica implica menos dinero para las Administraciones y hay que reducir el déficit, cae de cajón que habrá todo tipo de reducciones en el gasto, incluidos los servicios sociales y la inversión, algo terrible para un país con casi cinco millones de parados.
El paro en agosto, en pleno verano, ha vuelto a aumentar, como no puede ser menos con estas políticas.
Los fanáticos deberían ir quitándose la venda de los ojos, porque van a ser los últimos en ver llegar el huracán que también se los llevará por delante.