jueves, 15 de septiembre de 2011

EUROPA PIDE AUXILIO A CHINA

Los acontecimientos se precipitan a velocidad inusitada en este septiembre que recordaremos, para mal, durante muchos años. La UE hace agua por todas partes y con una Comisión sin peso político alguno, el presidente francés Sarkozy y la canciller alemana Merkel se han erigido, sin ninguna legitimidad democrática, en los que pretenden decidir por todos nosotros, porque, como usted bien sabe, ya son otras manos las que mecen la cuna político-económica, los que ahora llaman mercados y siempre se llamó capital. Si el general de Gaulle y el canciller Adenauer levantaran la cabeza se volverían a morir al ver en que han convertido Europa los oportunistas.
Grecia, cuyo peso económico en la UE no llega al 3%, es un muñeco del pim pam pum que, durante algún tiempo, fue muy útil para desviar la atención de los gravísimos problemas que tenían otros Estados de mucho mas peso, pero jugar al despiste suele tener un breve recorrido. Italia y España ya habrían entrado en quiebra si el Banco Central Europeo no estuviera comprando una gran parte de su Deuda, pero la situación financiera de Francia e incluso de la misma Alemania, que todavía no se ha recuperado del esfuerzo de la reunificación, también son muy preocupantes. El hecho es que Europa no tiene fuelle ni político ni económico para salvar la situación y algunos, que ya lo tienen claro, han pedido auxilio a China y Rusia, empezando por el primer ministro italiano Berlusconi.
Porque, esta crisis no es tan mundial como se dice. Cuando saltó por los aires el castillo de naipes financiero y las economías occidentales empezaron a deslizarse por el tobogán que apunta al abismo, Rusia tenía guardados 400.000 millones de rublos en billetes, de los de verdad, es decir, de los respaldados por el valor de ingentes cantidades de reservas de oro y platino y por las estratégicas de un país que es el primer productor de gas natural del mundo y el segundo de petróleo. Qué decir de China que se encontraba con unas reservas de 2,6 billones de dólares y con un crecimiento de dos dígitos. Hay un detalle que no debemos soslayar ahora que se habla tanto, con razón, de que los mercados, y no los Gobiernos, son los que deciden. ¿Alguien se imagina a los mercados decidiendo por el Grupo de San Petersburgo, que capitanea Putin, o por el Partido Comunista Chino?. Al contrario que en Occidente y a pesar de que la economía de mercado también se ha instalado en esos dos gigantes, sobrevive la planificación económica y el control del Estado sobre las empresas con carácter estratégico. Algunos que intentaron tomar otro camino acabaron, por ejemplo, en las cárceles de Siberia.
Incluso todo lo que esta pasando empieza a cuestionar el verdadero desenlace de la Guerra Fría. La URSS no pudo sobrevivir gastando el 40% del PIB en Defensa, pero hoy EE UU tiene una Deuda de 15 billones de dólares y el presupuesto del Pentágono, sumadas las partidas adicionales para las guerras de Irak y Afganistán, es de un billón de dólares anuales, algo a todas luces insostenible.
China ya ha dicho, sin ambages, que acudirá a salvar la UE pero que pedirá contrapartidas estratégicas. La Alianza Continental, ese ente euroasiático que forman Rusia, Bielorusia, Ucrania, China, India, Irán, Vietnam y varias ex-repúblicas soviéticas de Asia (también tiene patas importantes en América) está cambiando el equilibrio geoestratégico y económico del mundo sin hacer mucho ruido. Países como Rusia, China e India, que hasta no hace mucho estaban enfrentados y tenían sus vectores nucleares apuntándose mutuamente hoy son miembros casi fraternales de un club que está configurando un nuevo mundo, mantienen fructíferos intercambios comerciales y militares. Ojo con el giro que está dando Turquía, repudiada por Europa y cada vez mas cerca de la Alianza Continental. Ahora, la UE, sin liderargo político y con gravísimas dificultades económicas es una perita en dulce para ese poderoso grupo emergente.
Todavía nos quedan cosas por ver que ni nos imaginamos. Quien sabe si las profecías de Nostradamus y el final del calendario Maya en 2.012 no signifiquen el fin del mundo, sino de nuestro mundo y de la Europa que tantos soñamos y que un puñado de irresponsables ha puesto a los pies de Atila.

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