Rubalcaba abandonó sus responsabilidades en el Gobierno, que todavía preside Zapatero, para dedicarse, en cuerpo y alma, a la campaña electoral, pero no hizo una retirada al desierto, como le aconsejamos, para reflexionar sobre las muchas fechorías cometidas y regresar, arrepentido, con nuevas ideas y propuestas capaces de ilusionar a la gente. Lejos de ello, se ha rodeado de los mismos compañeros y compañeras del viaje que ha llevado al PSOE al desastre. Con esos asesores y con palabrería para imbéciles no va a llegar muy lejos.El ex-vicepresidente, ex-ministro del Interior y ex portavoz del Gobierno, nos ha deleitado este fin de semana con sus declaraciones en el foro “Educación y empleo”. Entre un rosario de tonterías también ha dicho textualmente: “bajar los salarios es una opción que está vedada para siempre, no es la técnica para ser mas competitivos, no es socialmente aceptable, ni alguno lo haríamos jamás”.
Pero mientras Rubalcaba era miembro destacado del Gobierno, los socialistas bajaron los salarios a los funcionarios, congelaron las pensiones y subvencionaron (compraron) a los sindicatos para que estos permanecieran impasibles mientras los trabajadores seguían perdiendo poder adquisitivo, porque mientras, en los dos últimos años, la inflación se movía en porcentajes próximos al 4% los salarios no subían nunca por encima del 1%. Esa es otra forma de bajar los salarios, mas sutil, pero igualmente efectiva.
Rubalcaba miente mucho, mintió cuatro veces al Parlamento, cuando era ministro de la Presidencia en el Gobierno de Felipe González, diciendo que aquel Ejecutivo no tenía nada que ver con los GAL y nos sigue mintiendo ahora con propuestas electorales que no engatusan a nadie con dos dedos de frente que conozca mínimamente su trayectoria, eso sí, lo hace con mucho aplomo.
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