lunes, 5 de septiembre de 2011

LAGARDE CONFIRMA UNA NUEVA RECESIÓN

Las declaraciones de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Cristine Lagarde, a la revista “Spiegel”, advirtiendo del riesgo de una “recesión mundial inminente”, no hacen mas que confirmar que las medidas de ajuste adoptadas desde que estalló la crisis financiera, en la primavera de 2.008, no solo han sido inútiles, han ido en la dirección contraria a la que era imperativa.
Cuando anunciamos que en septiembre el mundo estaría al borde de la quiebra no nos referíamos tanto a que ello sucediera en este mes como a que sea ahora cuando se reconozca, de verdad, lo que está pasando y la verdadera dimensión de la crisis. En este sentido, las declaraciones de Lagarde son el preámbulo, la preparación, de lo que se va a decir en la reunión del FMI dentro de pocos días. No es que Lagarde se haya vuelto loca y caiga en la irresponsabilidad de dedicarse a hacer declaraciones alarmistas que hunden los parquets y disparan las primas de riesgo, se cree en la obligación de ir preparando a los mercados, a los Estados y a los ciudadanos del mundo ante la cruda verdad que los políticos no van a poder seguir ocultando.
La causa del estallido de las hipotecas “subprime”, detonante de la crisis económica que se venía gestando desde hacía mucho tiempo, fue la continuada pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, que llevó a que estos no pudieran hacer frente a los créditos que habían adquirido. Pero las medidas adoptadas por los Gobiernos, sobre todo, las masivas ayudas públicas al sector financiero y los recortes salariales y congelación de pensiones, han logrado que ahora sean los propios Estados y sus administraciones territoriales los que no puedan hacen frente a los gastos. Por un lado se vaciaban las arcas públicas en ayuda de la banca sin que, salvo raras excepciones, el Estado asumiera su titularidad y su gestión, por otro, mas vueltas de tuerca al poder adquisitivo de los ciudadanos solo han logrado, era de Perogrullo, que se hunda el mercado interno, caiga en picado la recaudación fiscal y se disparen las cifras de desempleo. Y no estamos hablando solamente de los países de segundo nivel, sino de los que, junto con los emergentes mas poderosos, deben ser las locomotoras de la economía mundial, como EE UU, Alemania y Japón. Las cifras macroeconómicas que se están revelando estos días en las principales economías mundiales dan miedo.
Uno de los problemas fundamentales de la gestión de la crisis es que los Estados ya no dirigen la economía mundial. En efecto, como todo el mundo ya sabe, son los especuladores y los mercados los que se han erigido en gobernantes del planeta. Algunos clásicos de la teoría económica, como Carlos Marx, ya habían anunciado lo que estamos viviendo hace mas de 150 años, es decir, todo esto está en los libros. Se ha impuesto la globalización de la economía pero no se han puesto al día ni los organismos económicos internacionales ni, lo que es mucho mas importante, un nuevo “Macroestado”, con legitimidad democrática, que dirija y gestione también globalmente.
Los ciudadanos ya se están dando cuenta de que los políticos que nos gobiernan no toman medidas capaces de generar confianza y de dar soluciones a los problemas de la economía real. Nos dijeron que elevar la edad de jubilación hasta los 67 años, que abaratar el despido, que hacer eternos los contratos temporales, que subir los impuestos indirectos, etc, eran sacrificios necesarios para calmar a los mercados, pero ya estamos viendo que no era cierto. El próximo asalto serán los pilares básicos del Estado del Bienestar, la sanidad y la educación. No nos extrañemos, porque hemos sido nosotros mismos los que hemos puesto a la zorra a cuidar el gallinero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario