viernes, 8 de julio de 2011

EL GOBIERNO QUE ASTURIAS NECESITA

El 22 de mayo, nuestra región fue escenario de un terremoto político del que algunos todavía no han sido capaces de hacer una lectura adecuada. Un partido creado aprisa y corriendo, Foro Asturias, gana las elecciones en el Principado y obtiene espectaculares resultados en algunos ayuntamientos que le permiten, como en el caso de Gijón, aquí con el apoyo del PP local, acceder al gobierno de feudos socialistas importantísimos, que lo eran desde hace mas de 30 años. ¿Como ha sido eso posible?. Nos equivocaríamos si diéramos una razón como única respuesta. Ha sido un cúmulo de circunstancias, de causas, las que han generado ese demoledor efecto. El líder ha tenido mucho que ver porque, meses atrás, cuando inició esta segunda Reconquista con un discurso político contundente, en la entrega de las sardinas de oro de la asociación avilesina Sabugo ¡Tente Firme!, Francisco Álverez-Cascos levantó un clamor que estaba latente en la sociedad asturiana, ninguneada y escarnecida por los que usufructuaban el poder pensando que sería para siempre. Hasta tal punto Cascos despertaba expectación que un artículo suyo en la prensa regional sobre la problemática del salmón era mas comentado que la crisis económica que ya estábamos padeciendo. Contrastaba su dialéctica directa dirigida bajo la línea de flotación del poder socialista con los años de oposición conformista del aparato del PP asturiano que dirigían al alimón Ovidio Sánchez y Gabino de Lorenzo. Naturalmente la inacción del Partido Popular tenía sus contrapartidas, que beneficiaban particularmente al alcalde de Oviedo, tal es así que, como todo el mundo sabe, después del cambio de escenario político continuó el compadreo, plasmado significativamente en la no presentación de candidato socialista para la alcaldía de la capital y en la elección del presidente de la Junta General del Principado. Cascos era y es un elefante que ha irrumpido en la cacharrería asturiana llevándose por delante el tinglado que durante tanto tiempo, unos y otros, habían construido. Por eso D. Gabino no consintió que fuera el candidato que ansiaban las bases de su propio partido y por eso todo lo que está pasando y, esperemos que no, puede suceder. Pero en la victoria de Foro Asturias han tenido mucho que ver otros factores que volverían esquizofrénico al mas sesudo analista político. Hablamos, por ejemplo, del fenómeno de la indignación, no referido tanto a los que se han reunido en las plazas como a los que, quedándose en sus casas, estaban hasta los mismísimos. Solo algo así puede explicar que un alto porcentaje de los votos de Foro Asturias procedieran de la izquierda. Durante la campaña, en FAC tuvieron la lucidez de que un milagro así pudiera suceder, por eso tanto su programa como algunas de sus máximas electorales eran manifiestamente progresistas. Existe el peligro de que una vez bien instalados se olviden de ello, es cierto, pero la reciente postura en defensa de la titularidad pública de CajAstur, para que no sea ofrecida a la gran banca a precio de saldo, parece indicar que, al menos de momento, la cabeza sigue encima de los hombros. Es decir, es evidente que la victoria de Foro Asturias trasciende las ideologías políticas y se entronca en, mas que el deseo, la necesidad de cambio de la sociedad asturiana. Las fuerzas políticas y sociales, los medios de comunicación y la opinión pública tienen que ser conscientes de ello porque los retos que tenemos ante nosotros son de una envergadura descomunal.
Areces nos decía que Asturias estaba bien, a pesar de los mas de 80.000 parados, pero eso era si no entrábamos en detalles. Ya sabíamos que las cuentas estaban maquilladas y desde esta tribuna advertimos que las facturas impagadas se acumulaban en los cajones. La Sindicatura de Cuentas ha sacado a la luz la deuda encubierta del SESPA en el informe del 2.009, unos 167 millones de euros de nada, pero cuando conozcamos la del 2.010, el dinero que se ha tirado en Alas Aluminio, la verdadera dimensión de los sobrecostes del HUCA y de El Musel, etc, nos quedaremos pálidos y nos empezaremos a dar cuenta de hasta que punto nos han dejado, a todos los asturianos, endeudados.
La última fechoría del falso progresista que aún tenemos de presidente es su pretensión, impedida en primera instancia por IU, de ceder por 50 años las costosas instalaciones del Niemeyer, pagadas con dinero público, a la fundación privada de la que es presidente honorífico. Muy fuerte, en efecto, como lo que nos queda por ver en el "caso Renedo" donde la Justicia está llegando a los aforados.
Asturias necesita un nuevo Gobierno que acabe con este estado de cosas y en este sentido, insistimos, el clamor popular y la presión mediática tienen que ser tan fuertes que los maquiavelos de aldea no se atrevan a emprender operaciones suicidas para el futuro de nuestra tierra. La coyuntura socio-económica no está para bromas y el estado de ánimo de los ciudadanos aún menos.

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