viernes, 24 de septiembre de 2010

LA INMIGRACION ILEGAL


Hay algunos temas que son tabú en los artículos de prensa, en los documentales televisivos y hasta en las tertulias entre amigos. Se ha instalado entre nosotros una nueva cultura que da por sentado y por políticamente correcto lo que no resiste el menor análisis, es mas, ese nuevo stalinismo pseudoprogresista ya tiene preparado epítetos adecuados para el incauto que se atreva a navegar en los mares donde la mentira y el oportunismo imperan. Si el que levanta la voz contra el "nuevo orden" es de derechas, el adjetivo será fascista, si es de izquierda, se dirá que vive en otra galaxia, pero el poder de los irresponsables también tiene a su disposición la calificación de machista, xenófobo, racista, etc, para colgarlos al cuello del que ose discrepar.
Estos días pasados ha vuelto a primera página el problema de la inmigración ilegal con la expulsión de gitanos rumanos auspiciada por el Gobierno galo. Al presidente Sarkozy se le ha llamado de todo, aunque es difícil etiquetar de racista a un presidente que estuvo casado con una judía sefardita y que lleva el timón de uno de los países europeos con mas larga tradición de integración racial y cultural, incluso en América fueron comunes las alianzas entre Francia y las tribus indias contra los colonos anglosajones, quizá por eso sigue existiendo una alta población indígena en Canadá. Francia siempre ha sido un país de acogida para exiliados y perseguidos, los españoles lo sabemos bien, como también lo sabe el presidente francés que, al fin y al cabo, es un exiliado húngaro. Otra cosa es que alguien pretenda saltarse las leyes del Estado, vivir de la delincuencia y aprovecharse de los servicios sociales que pagan los demás ciudadanos. El problema gitano tiene sus propias peculiaridades, no las vamos a descubrir aquí, y seguramente los estados europeos no han hecho lo suficiente para la integración romaní, pero tampoco esa etnia pone nada de su parte, es mas, son mas racistas que nadie y hacen y se les permiten cosas que no se aceptan al resto de la sociedad, el casamiento de las mujeres-niñas, la obligación de llevar las piernas cubiertas, la "ley gitana" o el "rito del pañuelo" no tienen respuesta alguna por parte del Ministerio de Igualdad, por ejemplo, tan tiquismiquis para asuntos menos sangrantes, nunca mejor dicho. Al Gobierno francés también le han puesto las peras al cuarto en el Parlamente Europeo, aunque hay una directriz de la propia Unión que dice claramente que para emigrar a otro estado de la UE hay que tener trabajo y seguro sanitario o los medios económicos suficientes para el mantenimiento de la unidad familiar. En este caso, como está pasando con otros muchos, hay un país, Rumanía, que traspasa uno de sus problemas endémicos al resto de sus socios, particularmente a Francia, Italia y España.
Pero la inmigración ilegal o desregularizada es mas que un problema social, es una bomba de relojería para algunos países occidentales. La permisibilidad de algunos estados puede tener consecuencias graves a medio plazo. Un ejemplo de lo que inmigraciones no controladas pueden desencadenar en el caso de Kósovo. La antigua provincia serbia, cuna de su nación, casi no tenía población musulmana antes de la Segunda Guerra Mundial. Después de 1.947 miles de albaneses entraron ilegalmente en esa zona de Yugoslavia. Con una tasa de nacimientos siete veces superior a la de los genuinos kosovares, hoy se ha erigido en un país musulmán independiente, siendo los serbios la minoría marginada. Algo parecido pasó en Bosnia. Conviene recordar que España tiene mas de un millón de inmigrantes musulmanes, la mayoría marroquíes ilegales que, por su falta de control, ya fueron utilizados en el pasado reciente en operaciones de inteligencia y terroristas (11M) y que están siendo instrumentalizados peligrosamente por el Gobierno marroquí en la ciudad de Melilla, que parece ser un objetivo prioritario para el sátrapa alahuí. Algunos países europeos se están poniendo en guardia ante la previsible entrada de Turquía en la Unión. El líder libio Muammar al-Gaddafi ha dicho que el islam será, en un futuro no muy lejano, la religión mayoritaria en Europa, no es ninguna tontería.
La inmigración ilegal es aprovechada por los explotadores y las mafias, incluso por partidos políticos poco serios, que hasta la han empadronado, (¿ha visto usted el vídeo electoral de Trinidad Jiménez?) para su propio beneficio, consintiendo que copen los servicios sociales, expriman los servicios de salud y vivan al margen de la ley que rige para el resto de los mortales.
La aparición en los parlamentos y en los gobiernos de partidos neonazis y los futuros enfrentamientos sociales son consecuencia directa del papanatismo y buenismo de la gente irresponsable y también del miedo de muchos ciudadanos a manifestar: "hasta aquí hemos llegado".
Nota: la foto es de musulmanes en Badalona.

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