domingo, 28 de febrero de 2010

LA MENTIRA COMO DISCURSO


Dicen los antropólogos que, dentro del reino animal, solo los humanos y algunos otros primates son capaces de mentir. Engañar es otra cosa, eso se puede conseguir incluso sin el empleo de la palabra o de los gestos, simplemente con un camuflaje, por ejemplo. Los políticos tienen muy mala fama, se la han ganado a pulso, y una de las causas que ha contribuido a ello es que mienten mucho. Lo hacen con tanta naturalidad que cuando se descubren sus patrañas no se ponen ni colorados. No hace mucho el ministro José Blanco nos explicaba lo que había dicho Zapatero en una reunión, evento que había sido suspendido, y lo hacía con total aplomo, el mismo del que hizo gala cuando los periodistas le sacaron de su error. Pero Pepiño no es un intelectual y sus engaños, al lado de los que elabora gente mas preparada, son mentirijillas, pecados veniales. Alfonso Guerra, que ocupó su mismo cargo, mentía mucho mejor. Los políticos utilizan la mentira como un instrumento de su discurso, mas aún, a muchos de ellos les sería imposible moverse en terrenos resbaladizos sin recurrir constantemente al embuste. Pero, no son, ni mucho menos, los únicos que lo hacen. Periodistas, banqueros, prostitutas, todo el mundo miente. La diferencia es que los políticos ejercen en cargos públicos gracias al aval del pueblo. La mentira está tan enraizada en nuestra sociedad que incluso damos por ciertas cosas que sabemos son falsas, no vamos a mentar asuntos metafísicos, pero, por ejemplo, todo el mundo dice que la esperanza es lo último que se pierde a sabiendas que, en realidad, es lo penúltimo. Hoy los políticos no solo utilizan la falacia como muletilla para ayudarse en su quehacer diario, es el guión de su discurso. En la coyuntura histórica en que nos encontramos esto adquiere especial gravedad. La gente llegó a creerse que el liberalismo salvaje patrocinado por los "neocon" era ya la única doctrina. Qué importaba que mil millones de seres humanos pasaran hambre, el mundo desarrollado vivía en la opulencia. Al llegar la crisis económica muchos sinvergüenzas quedaron con el culo al aire, pero, como no tienen pudor, les da igual, siguen insistiendo en sus patrañas.
La gente debe tener cuidado porque esta nueva casta, esta nueva clase social, es la que controla nuestras vidas.
Este invierno, en muchos países crudo, como no se recordaba hace tiempo, algunos, que no se atrevían a hablar contra corriente, pusieron en duda el cambio climático. Pero, otra vez, en la Antártida, donde es verano, se ha desprendido de un gran glaciar un iceberg de agua dulce tan grande como la isla de Tenerife. Hay mucha gente que no sabe lo que es "El Efecto Vermut". ¿Que le pasa a este vino cuando se derriten las piedras de hielo que hemos puesto en la copa?, por imperativo de la termodinámica, se enfría. Eso es lo que le ha pasado a Europa y Norteamérica este invierno. Pero en el Ártico continúa disminuyendo el espesor del hielo y el gigantesco glaciar de Groenlandia mengua sin cesar. No debemos distraernos del principal problema.
Aquí, en Asturias, también se sigue mintiendo. El asunto de la incineradora no está decidido, diga lo que quiera el secretario general de la Federación Socialista Asturiana Javier Fernández, porque el PSOE no tiene mayoría en la Junta General del Principado y necesita los votos de IU para que se apruebe cualquier decisión. Ya veremos lo que hacen Jesús Iglesias, Noemí Martín y los suyos. Se ha propuesto discutir una futura ley de residuos y se seguirá con cortinas de huno similares. Una vez construida la incineradora, ¿para qué narices queremos esa ley?.
De mismo modo continua el falso discurso de que no acabaremos con la crisis económica si no metemos mano a las pensiones, abaratamos el despido, subimos los impuestos indirectos, etc, las mismas recetas "neocon" de los que apostaron por la globalización y propiciaron la crisis y que, otra vez, si los dejamos, volverán a las andadas. Lo dicen los que prejubilaron a centenares de miles de trabajadores, derrocharon los dineros del Estado, dieron nuestro dinero a los bancos y se subieron en lo alto del "ladrillo". Son otras las medidas que hay que tomar, ya las hemos dicho muchas veces.
No hace mucho los ciudadanos griegos echaron a gorrazos al gobierno conservador y se echaron en brazos de los socialistas. Ahora los del PASOK les aplican las medicinas derechistas mas duras. Hay que tener cuidado porque, en efecto, es mas que probable que si llega al gobierno el PP decida poner en marcha las medidas que no se atreve a tomar el PSOE y, ojo, el poder de los sindicatos está muy disminuído. Esta vez es imprescindible leer los programas electorales y exigir un compromiso de cumplimiento, incluso ante notario.

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