domingo, 14 de febrero de 2010

CASCOS VUELVE


Ya dijimos, hace tiempo, cuando empezaron a aparecer los primeros escritos de D. Francisco en "El Comercio" sobre asuntos tan pintorescos como la pesca del salmón, que no era ninguna tontería aventurar el regreso a la política asturiana del ex-ministro de Fomento, porque percibíamos un prurito justiciero y vengativo al que tendría que dar mejor salida. Cascos, como el general Douglas MacArthur, vuelve a sus Filipinas, a su Asturias.
No vamos a contar aquí las andanzas políticas de Francisco Alvarez Cascos porque son sobradamente conocidas, solo apuntar que no es un político, como se suele decir, al uso. Ideológicamente es contradictorio, pues asocia ideas bastante derechistas con una gran admiración por Gaspar Melchor de Jovellanos, por ejemplo. Otra característica suya es que lo mismo actúa como un hombre muy disciplinado, recuerdo cuando estaba de lugarteniente de Fraga, que, si lo ve necesario, va por libre. Ha irrumpido en la vida política asturiana precisamente cuando, ante el previsible varapalo electoral, Areces busca cobijo. Son dos personajes singulares a los que no une precisamente eso que se ha dado en llamar "química". Lamentablemente el enfrentamiento dialéctico entre Cascos y Javier Fernández no va a tener el mismo interés morboso que aquellos deliciosos duelos en los plenos del Ayuntamiento de Gijón, cual pelea de gallos. Pero, no adelantemos acontecimientos. Ya hay voces dentro del PP, entre ellas la del alcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo, que piden a Cascos que lidere el cartel electoral en las elecciones autonómicas del próximo año. Pero no debemos olvidarnos que, en Gijón, Dña. Pilar Fernánez Pardo tendría una situación muy complicada si D. Francisco fuera presidente del Principado y se hiciera otra vez con una situación influyente dentro del partido, son, por tanto, previsibles los "navajazos traperos".
A pesar del famoso accidente del "Prestige", donde injustamente se acusó a Cascos de graves errores (¿qué hubiera sucedido si decide dirigir el petrolero al puerto de La Coruña y se hunde a la entrada bloqueándolo durante meses?), el ex-ministro mantiene una alta estima entre la población asturiana porque ésta no olvida que mientras estuvo en el Gobierno de Aznar se desbloqueó el asunto de La Variante de Pajares, frenado por los socialistas en el Parlamento durante años, y se construyó en poquísimo tiempo la autovía entre Gijón y Villaviciosa, cuando todos sabemos que tampoco era ninguna prioridad para el PSOE. Pero, en la situación en que se encuentra Asturias, no son suficientes estas cartas de presentación. Con más de 80.000 parados, con casi todos los sectores industriales y comerciales en crisis, con el carbón y el acero agonizando, con una deuda pública que da miedo, etc, es necesario un discurso que ilusione no solo a los votantes, también a los propios militantes del PP, acostumbrados a la derrota en esta comunidad autónoma. Paco Cascos tendrá que empezar a hablar y a escribir de cosas verdaderamente serias (de acuerdo, la problemática del salmón tampoco es baladí) si quiere ganarse un sitio predominante en su partido y en la política asturiana.

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