sábado, 27 de febrero de 2010

EL GOBIERNO NO DEBE SUBIR EL IVA


Continua el cachondeo con el ya famoso, aunque no nato, Pacto de Estado. Los representantes de los distintos partidos no salían de su asombro con la documentación que les presentó el Gobierno, que era un guión de intenciones de tres folios donde, por decirlo de alguna manera, se solicitaban ideas. ¿Tendrá tiempo la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, este fin de semana, para elaborar y desarrollar alguna propuesta de mentirijillas que presentar el lunes?, ya veremos. Los gobiernos están para gobernar y para dirigir los destinos de un país, pero el Gobierno socialista del Sr. Zapatero, cuando la economía española hace agua por todas partes, quiere que sea la oposición la que le saque las castañas del fuego y, para colmo, si esta no coincide con las cosas que anuncia el Ejecutivo, se la acusa de no querer arrimar el hombro. Los parlamentarios reunidos en torno a la mesa que debe alumbrar el Pacto, lo tienen difícil, no solo porque aún no tienen muy claro lo que hay que discutir, también porque parecen incapaces de aportar alguna idea distinta de las que se están discutiendo en otros foros, como el asunto de las jubilaciones, en el Pacto de Toledo, o la reforma laboral, en la comisión de seguimiento del diálogo social. Es decir, casi podríamos resumir que el asunto se reduce, aunque lo pueda acompañar alguna guarnición que le dé mas vistosidad y relumbrón, a la subida o no de algunos impuestos, en concreto del IVA, ya anunciada por el Gobierno para Julio. Porque, no nos equivoquemos, el Ejecutivo de la pseudoizquierda y los que le asisten y aconsejan claro que tiene ideas, otra cosa es que sean o no acertadas. El asunto del Pacto de Estado es solo un intento de repartir entre todos los partidos las iras ciudadanas ante las medidas desagradables que ya han decidido tomar. Si las adoptara el Gobierno en solitario, el PSOE podría tener serios disgustos en las próximas convocatorias electorales.
En la difícil situación económica en que se encuentra España, con un déficit y una deuda desbocados y cerca de cinco millones de parados, lo mas urgente es reducir drásticamente el gasto o recaudar mas. El Gobierno ha optado por una solución mixta, que nos parece lo mas adecuado. Se ha decidido que tanto la Administración Central, como las CC AA y los ayuntamientos se tienen que apretar el cinturón y que la recaudación fiscal debe crecer, fundamentalmente, a través del incremento del IVA. Pero las administraciones, todas, van a reducir gastos, ya lo están haciendo, precisamente donde no deben, es decir, en la inversión, en investigación, en obras públicas, etc, para nada van a meter tijera en sus "chiringuitos" y sus partidas de gastos innecesarias o en el gasto farmacéutico que crece como un monstruo que amenaza a la sanidad pública que queremos preservar. Tampoco podemos estar de acuerdo con la subida del IVA ya anunciada para el mes de Julio. No es de recibo que sean todos los ciudadanos, independientemente de sus ingresos, los que paguen los platos rotos de la crisis. Los impuestos indirectos son los mas injustos. El Partido Popular se ha opuesto desde el principio al incremento de la presión fiscal a través del IVA, pero estos últimos días también se ha posicionado en el mismo sentido mucha mas gente, desde el presidente de la FADE, Severino García Vigón, en sintonía con la mayor parte del empresariado español, hasta los expertos económicos de Bruselas. Tampoco los trabajadores, la izquierda y la ciudadanía en general creen acertada la medida. Hay que recaudar mas intensificando la inspección, haciendo aflorar las ingentes cantidades de "dinero negro" que han estado escapando al control de Hacienda y metiendo mano a la economía sumergida. En este contexto es imprescindible una modificación urgente del Código Penal que imponga penas muy severas a los defraudadores que nos roban a todos.
La subida del IVA, al sustraer una buena parte de la renta de los salarios, congelaría aún mas el consumo y clavaría la puntilla a muchas empresas que ya están en serias dificultades, incluso, aunque parezca una paradoja, podría disminuir la recaudación.
Si el Gobierno no rectifica en este asunto será muy difícil cualquier acuerdo con el principal partido de la oposición y, menos aún, alumbrar el Pacto de Estado que pretende.

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