miércoles, 31 de agosto de 2022

EL ABORTO Y LAS LISTAS NEGRAS

 


Tras la controvertida “ley del solo sí es si”, de la que hemos hablado sus tapujos, para poner los detalles en su sitio, ahora vendrá la nueva Ley del Aborto, que yo voy a llamar “la ley de las listas negras”. A falta de medidas económicas y sociales para afrontar los verdaderos problemas que tienen los ciudadanos, buenas son las medidas ideológicas, piensan. Esta ley llega en un momento donde en los EE UU hay un enfrentamiento ideológico y social sobre este asunto, un enfrentamiento que aquí se ha criticado mucho, pero en los EE UU llevan años con este debate, un debate que más allá de en los partidos políticos se ha producido en la sociedad, muy especialmente en los medios de comunicación, donde los estadounidenses han podido ver, por ejemplo, cómo se realiza un aborto y fotos de fetos abortados, algo totalmente censurado en España ¿Ha visto usted alguna foto en las televisiones de fetos de 14 y 22 semanas? ¿Ha visto usted algún vídeo de algún aborto? Un debate que aquí se ha hurtado.

La nueva ley pone el acento, otra cosa es lo que nos van a contar, en dos asuntos: Seguir con el adoctrinamiento del totalitarismo feminista en las escuelas, como con la del “solo sí es si”, y establecer listas de objetores en la sanidad pública, un precedente que puede llegar a ser muy peligroso. No se trata de tener una estadística para poder evaluar mejor la disponibilidad del personal para que esas intervenciones se realicen todas en la sanidad pública, sino de establecer listas negras ideológicas para que los empleados públicos que no sean de tu cuerda, o no te bailen el agua, puedan ser represaliados. Todo el mundo sabe que, sin que en ella se realicen las decenas de miles de abortos que hay en España, la sanidad pública está saturada merced a que algunas comunidades autónomas no la dotan de los suficientes recursos y a que cualquiera que venga a este país, sea como turista, sea como inmigrante irregular, puede acceder a nuestro sistema sanitario, incluidas caras intervenciones, sin pagar ni un solo céntimo, lo que no sucede en ningún país del mundo. Solo hay algo peor que el fascismo, el estalinismo. Y solo hay algo peor que el estalinismo, las famiestalinistas. Irene Montero y las/los que le hacen el caldo gordo no quieren, en verdad, que los abortos se realicen en la sanidad pública, se seguirán haciendo, eso sí, con recursos públicos, en clínicas privadas, con las que hay establecida una simbiosis ideológica y económica muy grosera, como descubrieron los americanos en EE UU. Pero, las niñas de 16 años podrán abortar sin que sus padres, sus tutores legales, se enteren, aunque no tengan mayoría de edad para votar y no tengan edad penal, y se repartirán anticonceptivos en las escuelas. El totalitarismo estalinista de la nueva ley queda demostrado, no solo con el establecimiento de listas negras, también, y esta es la prueba del nueve, en que no se ofrece ninguna otra salida, ninguna otra alternativa para las mujeres en dificultades, que pueden ser tan progresistas como la que más, que quieran seguir adelante con su embarazo; ni ayudas económicas, ni apoyo psicológico, ni soluciones habitacionales, ni guarderías públicas, ni mayor conciliación laboral, nada.

Mientras uno de los problemas más graves que tenemos es la baja tasa de natalidad, la pseudoizquierda está más preocupada por el control social, por los nichos de votos y por una nueva ideología estúpida de género, que ya habla de la “nueva masculinidad” y del "hombre blandengue" que busca convertir a los varones en unos peleles, discriminados por ley, que traguen con todo (el padre tampoco puede opinar siquiera en caso de que su pareja decida abortar) craso error que pagarán. Ahora la marea está alta, pero trae resaca.

1 comentario:

  1. Está usted completamente equivocado con los comunistas, los de verdad.

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