martes, 16 de agosto de 2022

NERVIOS EN GIJON

 


El cuarto domingo de mayo se celebrarán elecciones autonómicas y municipales en Asturias y en otras CC AA. Los alcaldes y presidentes autonómicos que lo han hecho bien o que han logrado tejer suficientes apoyos, bien políticos, bien de votos cautivos, o de cualquier otra índole, estarán tranquilos, no así los que no han hecho una buena gestión y no tienen los apoyos internos o exógenos necesarios capaces de galvanizar el voto ciudadano. Este segundo es el caso de Gijón. Así que hay nervios, muchos nervios. Tiemblan las canillas en el PSOE por lo que pudiera suceder en la Villa de Jovellanos, y si ya lo hacían hace unos días, tiemblan mucho más cuando Carmen Moriyón, la que fuera alcaldesa de la ciudad en dos legislaturas, ha dicho no que descartaba nada ¿incluso volver a presentarse?

Si la agrupación socialista de Gijón, que no las tiene todas consigo y hace bien, se ha enfrentado a la FSA y a su presidente, Adrián Barbón, exigiendo unas primarias para designar candidato a la alcaldía, el presidente del Principado ha apoyado a la actual alcaldesa, Ana González, el sabrá porqué. Al mismo tiempo y no casualmente (en política nada sucede por casualidad) Queipo (PP) y Cascos se reúnen para comer juntos en el restaurante "Casa Vicente" de Castropol. Yo estoy seguro que, aunque ambos disfrutaron mucho con la comida, el principal tema de conversación no fue la gastronomía asturiana ni el bello paisaje, al mismo tiempo que Génova 13 no da un apoyo explícito a Mallada, la presidenta del PP asturiano.

Hagamos un poco de historia: En el año 2011 sucedieron cosas en Asturias que nadie que no viviera aquí habría entendido. Cómo pudo ser posible que en una ciudad y en una región mayoritariamente de izquierdas ganara las elecciones una formación política que el entonces secretario de Organización de la FSA tildó de "ultraderecha". Pues, aquello sucedió porque era tan la indignación de los gijoneses y los asturianos con PSOE y PP que hubieran votado al mismo diablo para vengarse. Con solo 9 concejales sobre un total de 27, Foro Asturias se enfrentó en Gijón a un gran reto, poder gobernar y sacar adelante su programa político. Su gestión en nuestra ciudad estuvo alejada del relumbrón y de la figuración estética y mas pegada a las verdaderas necesidades de nuestra villa. Para mí hay cosas muy importantes que se hicieron en aquella primera legislatura, algunas que se ven y otras que no, pero que están ahí. Las obras de recuperación de edificios en los barrios, como en Jove, el mayor gasto social por habitante de todos los ayuntamientos asturianos, la recuperación de las cocheras de EMTUSA, la paralización de un PGO especulativo y neomafioso, que quería arrasar Cabueñes, la reducción de la Deuda en más de 71 millones de euros, etc. La austeridad bien entendida (como prescindir del coche de lujo, con chófer, del que disfrutaba Dña. Paz) permitió, además, bajar algunos impuestos y tasas, como el IBI o la factura del agua. Pero, a mí, como creo que a muchos gijoneses, lo que más me ha gustado de la gestión de Foro Asturias en Gijón no ha sido lo que se hizo, sino lo que no se hizo. No se despilfarró el dinero público, como han echo otros con fechorías como "El Cascayu" y, sobre todo, no se privatizaron las empresas municipales ni su gestión, para que unos pocos se lucren con lo que es de todos, al contrario de lo que hizo la pseudoizquierda en Avilés, por ejemplo. Y todo eso se consiguió a pesar de que el Gobierno socialista de Javier Fernández ninguneó a nuestra ciudad y la privó de recursos que sí daba a otros ayuntamientos. Recordar ahora que la entonces lideresa en Gijón del PP, Pilar Fernández-Pardo, y los cinco concejales del grupo municipal del PP se convirtieron en parias en su propio partido por apoyar a Carmen Moriyón en vez de permitir que volvieran a gobernar la izquierda no es baladí. No lo es porque los pactos tácitos y explícitos del PSOE y PP asturiano para repartirse el cortijo vienen de muy antiguo. En esa ocasión se trababa de cambiar el cromo de la alcaldía de Gijón por el de la alcaldía de Oviedo. La cosa no salió bien. Sin embargo, no mucho tiempo después, PP y PSOE votarían juntos contra los presupuestos autonómicos de Foro Asturias. IU no se unió a aquel acto vergonzante en la Junta General y se abstuvo. Carmen Moriyón repitió alcaldía en una segunda legislatura en Gijón y Pilar Fernández-Pardo y los populares honrados de Gijón fueron enviados por los suyos a Siberia. Pero, hete aquí que, sabedores de que muchos gijoneses de izquierda habían votado a Foro Asturias en la ciudad y de que sus políticas habían sido progresistas, Podemos apoyó a Carmen Moriyón y los del "pacto del duernu" no pudieron cargársela.

Presentar a Carmen Moriyón como candidata a la presidencia del Principado fue un error. Foro Asturias no solo no consiguió un objetivo casi imposible en una región como ésta (que había logrado Cascos, aunque no sirvió para nada por lo que ya he explicado) perdió la alcaldía de Gijón, que hubiera conseguido por tercera, vez sin ninguna duda. Tras lo que sucedió después, los asturianos descubrimos, por si no lo teníamos claro, cual era la verdadera condición de Álvarez-Cascos y la prueba del nueve es que ha vuelto al redil de lo más impresentable del PP después de todo lo que le hicieron, al redil para traicionar otra vez a los que lo dieron todo por él y por su proyecto político, al redil, en fin, del pacto histórico con el PSOE en Asturias. Pero, Carmen Moriyón, no es Cascos ni el PPSOE, solo es una médica humilde y honrada. Dicen que no hay dos sin tres. Veremos.

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