jueves, 25 de agosto de 2022

TRENES GRATIS

 


“Nos va a dar la oportunidad de viajar cuatro meses gratis”. Con esa ingenuidad, y con una sonrisa de oreja a oreja, se manifestaban los usuarios de los trenes de cercanías al conseguir su tarjeta de Renfe, una de las medidas “para paliar los efectos de la inflación” del gobierno de Sánchez. También hay gente que piensa que la sanidad y la educación públicas, por ejemplo, son gratis, pero eso es porque no han visto que son las que se llevan la mayor parte de los presupuestos que pagamos con nuestros impuestos, es decir, son solo gratis para cierta gente, la que no trabaja, la que defrauda o a la que, en fin, se lo pagamos gentilmente. Si Pedro Sánchez hubiera logrado que Bill Gates, Elon Musk, Marta Ortega o Bin Salman nos hubieran dado miles de millones de euros para pagar sus medidas estrella, entonces sí estaríamos hablando de gratuidad, pero, el circo ferroviario, donde nosotros somos los payasos, irá a cargo del déficit del Estado, es decir, que la medida se paga con impuestos y deuda pública. Para pagar otras medidas estúpidas, como la bonificación de los 20 céntimos en los carburantes, Sánchez recurrió a un crédito extraordinario, que también pagaremos con intereses, por supuesto.

La gente tiene que ser consciente de que los políticos y los medios de comunicación a su servicio nos llevan mintiendo desde hace mucho tiempo y cuanto más se agudice la crisis más nos van a mentir, de otra forma quedarían con el culo al aire. Las mentiras con nuestro dinero, cuando nos han metido, sin pasar por el Congreso de los Diputados, en una guerra, no son las más groseras, pero se acercan bastante. Todos esos fondos que repartieron alegremente durante la pandemia y los que llegaron después de Europa, por los que este gobierno, y otros gobiernos, sacaron pecho, son en una gran medida los responsables de la inflación que padecemos. Se trataba de ingentes cantidades de papel moneda sin respaldo de valor que ahora la gente está valorizando con la subida bestial de los precios, con la inflación galopante, con su sacrificio. No hay nada gratis, queridos, ni el dinero fiat, ni la bonificación a los carburantes, ni los trenes. Todo lo tendremos que pagar con sangre, sudor y lágrimas. A mí hace tiempo que se me heló la sonrisa.

 

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