En España ya estábamos
acostumbrados a que los partidos políticos tradicionales, en concreto PSOE y
PP, nos tomaran el pelo, prometieran cosas en las campañas electorales y luego
hicieran todo lo contrario y que, con tal de estar en el poder, fueran capaces
de casi cualquier cosa. Yo pensaba que ya estaba curado de espantos. Pero, hete
aquí que entonces llegó Ciudadanos, un partido que caía simpático, porque
llevaba tiempo enfrentándose a cara de perro a los independentistas en Cataluña,
y que se decidió a dar el salto a la arena nacional. La primera sorpresa fue
que abandonaran los principios socialdemócratas en los que dijeron estar y que
abrazaran el capitalismo liberal, la segunda que nos contaran la bonanza de la “mochila
austriaca”, es decir, que los trabajadores se paguen su propio despido, la
tercera que defiendan los vientres de alquiler. Uno no ganaba para sorpresas
con estos muchachos y eso a pesar de la seriedad y coherencia (sarcasmo e
ironía) de alguno de sus nuevos conspicuos, como el Prendes asturiano, que
había pertenecido a UPyD y que había dejado tirada a Rosa Díez.
¿No era este partido y su líder, Albert Rivera, los que nos decían hace cuatro días, al tiempo que llamaban a
Sánchez “okupa”, que debía gobernar (tontería como la copa de un pino) la lista
más votada? ¿No eran estos mismos los que decían que no pactarían nunca con la
ultraderecha? Pues bien, a pesar de las advertencias del Grupo Liberal Europeo,
del que Ciudadanos forma parte, y de su propio candidato a la alcaldía de Barcelona,
Manuel Vals, los de Rivera han pactado con Vox en Andalucía para hacerse con la
presidencia de la mesa del Parlamento Andaluz, siendo la tercera fuerza
política tras las elecciones, y todo parece indicar que lo mismo van a hacer
para formar Gobierno, apoyando a un presidente del PP pero contando con los
imprescindibles votos de la ultraderecha para poder gobernar. "Hay que acabar con el régimen socialista en Andalucía", es lo último que nos han dicho los que han estado sosteniendo ese régimen hasta hace cinco minutos.“Estos son mis
principios, pero, si no le gustan, tengo otros” ¿Groucho Marx o Albert Rivera? Yo tenía la sospecha de que pudiera haber alguna sorpresa antes de que se formara el nuevo Gobierno andaluz pero, lo confieso, Ciudadanos ha superado con creces mis expectativas.
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