Ya tenemos nuevo Gobierno, un
Gobierno que tiene dos rasgos importantes, por un lado hay muchas más mujeres
que hombres, casi el doble, y por otro tiene un marcado carácter de gestión y
no parece diseñado pensando en durar unos pocos meses hasta unas elecciones
anticipadas, que requeriría un carácter más político y más mediático de sus
miembros. Que tangamos once ministras y solo seis ministros no es ningún problema
ni ningún inconveniente para nadie en este país, porque ningún español está en
contra de que las mujeres sean mayoría en los consejos de administración de las
empresas y en los Gobiernos si lo valen y va siendo hora de que sea algo
habitual, exactamente igual de habitual que ya es que haya más féminas estudiando
en la universidad que varones. Por eso lo de la paridad (este ni de coña es un
Gobierno paritario) es una bobada y lo es mucho más cuando entra en confrontación
con el mérito. Vivimos en un país que ha evolucionado mucho en el asunto de la
igualdad entre los sexos, en algunas cuestiones legales pasándose de frenada y
en otras, como las domésticas, donde nos queda un largo camino por recorrer,
pero los españoles no tienen nada contra las ministras por ser mujeres como
tampoco lo tendrían contra una presidenta del Gobierno o una reina. No se las
va a examinar por su sexo. La mayoría de los analistas y de los medios de
comunicación coinciden en señalar que los/las que se han hecho
cargo de las respectivas carteras tienen un mercado perfil de gestión, y es
cierto, y también que son muy buenos/nas profesionales para los cargos que van
a ocupar, eso en casi todos los casos. Ya he apuntado que este Gobierno parece
diseñado para gestionar y llegar al año 2.020, que es lo que esperan de él muchos
españoles, y no para convocar unas nuevas elecciones en otoño o a finales de
año. Pero, en efecto, no en todos los casos, de ahí el casi, tenemos al
profesional adecuado para el ministerio que va a ocupar, me refiero, en
concreto, a Margarita Robles y a la cartera de Defensa. Robles no tiene que
demostrar su experiencia jurídica y política, incluida la portavocía del Grupo
Socialista que tuvo hasta ahora en el Congreso de los Diputados (que va a
ocupar la vicesecretaria general del PSOE y paisana nuestra, Adriana Lastra)
pero no tiene ni puñetera idea de Defensa o, para decirlo de otra manera, tiene
exactamente la misma idea que tenían Narcís Serra, Carme Chacón o Dolores de
Cospedal. Que el responsable de Defensa haya sido militar no garantiza nada, porque Federico Trillo
fue número uno de su promoción en el Cuerpo Jurídico de la Armada, fiscal de la
Zona Marítima del Mediterráneo y estuvo en la Dirección de Construcciones Navales
Militares y todos nos acordamos de sus fechorías, incluido el triste episodio
del YAK-42, pero yo le aseguro que hay en este país expertos en este campo,
tanto militares como civiles, a la altura de lo que exige ese ministerio.
Exactamente igual que afirmo que no hemos tenido un ministro o una ministra de
Defensa competentes desde el teniente general Gutiérrez Mellado. Margarita
Robles no está capacitada para dirigir la elaboración de un Plan Estratégico
digno de ese nombre, y no tiene ni idea de cuáles son las necesidades de
nuestras FF AA. Esas cosas no se pueden dejar en manos de subalternos.
A este Gobierno no le van a dar,
ni de coña, los cien días de gracia que dicen hay que dar a cualquier Gobierno,
no pasaron ni cinco minutos y ya lo estaban criticando. Que tengan suerte, la
van a necesitar.
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