martes, 24 de mayo de 2016

RIVERA EN VENEZUELA

En una grosera intervención en los asuntos internos de un país soberano, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha viajado a Venezuela invitado por la oposición al Gobierno de aquel país. Sigue la senda de otros políticos españoles, como Felipe González y José María Aznar, esos metidos en oscuras tramas conspiratorias contra el régimen bolivariano. Pese a los esfuerzos del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, por limar asperezas entre España y Venezuela, los líderes de la derecha española, y los que están a sueldo de lobies internacionales, trabajan por sus propios intereses. Venezuela no es una colonia y si decir a su presidente que se calle ya fue una falta de respeto intolerable del rey D. Juan Carlos a Hugo Chávez, conspirar contra su Gobierno lo es aún más.
Pero ¿porqué le ha entrado a la derecha española, con tradición tan poco democrática, dicho sea de paso, ese prurito por defender los derechos de los venezolanos? ¿porqué no viajan a Arabia Saudí, donde las mujeres no pueden salir a la calle si no van acompañadas, no pueden conducir, tienen que ir tapadas de la cabeza a los pies y el régimen impresentable y feudal de los Saud financia a los yihadistas e inauguró el año decapitando a 46 opositores? Rivera ha ido a Venezuela a hacer campaña electoral, porque las encuestas dan unos resultados pésimos a su partido, por la concentración del voto, y espera recuperar así al electorado mas radical de la derecha, los que votaron a Vox y los que dudan entre votar a Rajoy, tapándose la nariz, o a la marca blanca, Ciudadanos.
El líder de Ciudadanos parece que no está muy interesado en hacer la campaña electoral en España, en explicarnos que es eso que había pactado con el PSOE donde se decía, por ejemplo, que los trabajadores tendrían que pagarse su propio despido. Mejor irse, no por los cerros de Úbeda, sino por los llanos venezolanos.
Bajo la coartada de la austeridad, precisamente los que han gastado mas que nadie, querían hacer una campaña electoral mutilada, con pocos mítines y con pocos debates, donde se hable poco de los problemas de España y de los españoles. Otra vez quieren hablarnos de Venezuela.

¿Qué le parecería a Rivera si un líder bolivariano viniera a España a decirnos, en nuestro Parlamento, lo mal que está que tengamos tanta corrupción, que tengamos cinco millones de parados, que es muy feo echar a la calle a familias con hijos pequeños porque no pueden pagar la hipoteca y que tenemos una deuda pública del 100% del PIB? Seguramente le diría que se meta en sus cosas y que no está el personaje para dar consejos a nadie. Pues eso.

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