jueves, 12 de mayo de 2016

REBELIÓN EN EL PSOE

Una rebelión está emergiendo en el PSOE, y no son los barones socialistas, algunos presidentes de CC AA (que ejerciendo de quintacolumnistas llevan tiendo conspirando contra su secretario general) los que la protagonizan. No estamos hablando de Susana Díaz, ni de Javier Fernández ni de Guillermo Fernández Vara, presidentes de Andalucía, Asturias y Extremadura, respectivamente, se trata de un movimiento sísmico mas profundo que incluye a una buena parte de la militancia y a varios cargos electos que temen lo peor. El diario “El Mundo” publicaba estos días una noticia errónea que decía que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, había lanzado un órdago al PSOE para acudir con candidaturas conjuntas al Senado. La verdad, como manifestaron dirigentes de Compromís, es que fueron los propios socialistas los que lo propusieron y que Podemos, que en un primer momento quedaron sorprendidos, lo aceptaron de buen grado. Todo el mundo sabía ya que los socialistas valencianos están encantados con la coalición de Gobierno con Compromís y Podemos, que ha permitido a la izquierda recuperar el poder en esa comunidad autónoma tan importante, y que la buena sintonía entre las tres formaciones pretendían proyectarla en las próximas elecciones generales, pero, y esa es la noticia, eso no solo está sucediendo en Valencia, la rebelión se extiende también por Cataluña, con la renuncia de Carme Chacón y el apoyo del PSC a Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, y está a punto de estallar en otras partes.
La dirección del PSOE ha cometido un grave error, su militancia y muchos de sus votantes son mas de izquierda que lo que ellos pensaban y a esos socialistas de base no les ha gustado nada ni el pacto, ya roto, con Ciudadanos ni que Pedro Sánchez mienta continuamente diciendo que Pablo Iglesias no ha querido un Gobierno de izquierda. Muchos socialistas empiezan a tener claro que la dirección de su partido, como ha ocurrido en otros países de Europa, acabará gobernando con la derecha. Pero, esto es España, con su historia y sus peculiaridades, y poco tienen que ver los socialistas españoles con los alemanes. El teatro político español se parece mucho mas al portugués, entre otras cosas porque allí también han tenido una larga dictadura, la de Salazar, contemporánea con la del general Franco ¿Con quién están gobernando los socialistas en Portugal?
La dirección del PSOE se está equivocando mucho y, como el PP y Ciudadanos, se está centrando en atacar a Podemos. Esa santa alianza no agrada a muchos socialistas, que ven como la izquierda se refuerza al margen del PSOE. En este sentido, el acuerdo entre Podemos e IU, al que se unirán otras formaciones progresistas en toda España, está poniendo muy nerviosa a mucha gente. Rajoy ya ha salido a decirnos lo malos que son estos “comunistas” y a advertirnos del “peligro radical” y muchos socialistas no están, para nada, de acuerdo en que su partido se sume, que es lo que está haciendo, a ese discurso.

Los españoles no son tontos y empiezan a preguntarse con quién van a pactar unos y otros, porque no va a haber unas terceras elecciones generales. Muchos votantes, militantes y cargos públicos socialistas temen, con razón, que la dirección de su partido se eche en manos de la derecha y cometa el mayor error estratégico de su historia. Por eso han empezado a rebelarse.

5 comentarios:

  1. La expresión shakesperiana de que “nada es verdad ni mentira, sino que todo depende del color de cristal con que se mira” encaja como una mano en un guante en el ámbito de la política. Así se explica que para algunos filocomunistas el PSOE siempre haya sido considerado como un partido de derechas, mientras que ahora lo catalogan como un partido netamente de izquierdas.

    Como la virtud siempre suele estar en el medio, yo no creo ni lo uno ni lo otro. Históricamente, el PSOE siempre ha tenido dos almas; un alma socialdemocrática y un alma revolucionaria. En los años previos a la II República no dudaron en apoyar a la Dictablanda de Primo de Rivera, mientras que a partir de la Revolución de 1934 y hasta el fin de la Guerra Civil, con Largo Caballero a la cabeza, adoptaron posiciones claramente revolucionarias.

    Aún más tarde, en los prolegómenos de la recuperación de las libertades democráticas en España, convivían en el seno del PSOE el alma socialdemócrata, con el alma revolucionaria, con posiciones en las Juventudes Socialistas, muy próximas al troskismo, defendiendo la “quema de etapas”, en oposición a las corrientes comunistas más moderadas que, por aquél entonces, defendía Santiago Carrillo, quien, por cierto, inició su andadura política en el socialismo, para fundar más tarde las Juventudes Socialistas Unificadas, dirigir al Partido Comunista de España y, finalmente, terminar sus días desde posiciones muy próximas al Partido Socialista.

    Durante la democracia española, tras la muerte del Dictador, el PSOE ha sido, por encima de cualquier otra consideración, un partido de gobierno, claramente orientado a detentar el poder político; combinando a la perfección las distintas sensibilidades existentes en su seno y apalancado en el fenómeno del llamado “voto útil”, que siempre instrumentalizó como nadie. Sus políticas desde el gobierno de España han sido mayoritariamente socialdemócratas

    Lo que ocurre ahora es que en los países del sur de Europa han surgido, al calor de la profunda y larga crisis que vivimos desde el año 2007, partidos basados en el populismo de izquierda, al que diera cuerpo teórico, entre otros, el argentino Ernesto Laclau, intentando superar el concepto marxista de de la lucha clases, mediante las suma de otras contradicciones surgidas al calor de cualquier movimiento reivindicativo social.

    Es precisamente la irrupción, tan potente como inesperada, lo que está obligando al PSOE a buscar un espacio político que se ha visto constreñido, además, por la aparición de otras fuerzas de carácter centrista. Los partidos emergentes han venido a arrumbar, al menos de momento, el tradicional bipartidismo en España. Está por ver si esa fractura del modelo bipartidista tradicional ha venido para quedarse o si, por el contrario, se trata de una situación pasajera.

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    1. Para los marxistas los socialistas siempre han sido de derechas, independientemente de coyunturas históricas puntuales (le agradezco el recorrido). Me dirá usted que eso puede ser subjetivo, es decir, que cada uno lo verá de manera distinta, pero lo que en objetivo, y una verdad como un castillo de grande, es que en política económica, sociolaboral, exterior, etc, socialistas y populares, como sucede en otros países de Europa, solo se diferencian en pequeños matices.

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  2. Y en eso está el PSOE, sin saber muy bien qué es lo que va hacer para evitar el “sorpasso” del que fue objeto su partido homónimo griego, el PASOK.

    Mi impresión es que lo tienen francamente complicado. Bascular hacia posiciones próximas a las que representan IU, Podemos y sus confluencias, significaría alejarlos del apoyo de su electorado más centrista y del papel tradicional que han jugado desde 1982. Permanecer en eses espacio difuso entre la izquierda radical y el centro, por el contrario, puede servir para dejar su flanco izquierdo a merced del populismo y el comunismo. Eso explica los bandazos que está dando su líder; al que más que líder, tal vez sería más adecuado llamarlo solamente cabeza de lista.

    En España se da, además, una particularidad, las tensiones en el modelo de organización territorial del Estado que dibujó el Título VIII de la Constitución Española de 1978, que han llevado al surgimiento de partidos con vocación claramente secesionista, que chocan con el modelo de Estado federal que propugna, sin demasiada enjundia, el PSOE; mientras que, tanto por IU como por Podemos y sus confluencias (la mayor parte de las cuales están también en el secesionismo) están a favor de la realización de refrendos sobre la independencia de los territorios que así lo soliciten. Por tanto, las diferencias entre la llamada izquierda radical y la socialdemocracia, no están sólo (que no es poco) en el modelo económico que propugnan, sino que además se ven agravadas por el diferente enfoque que unos y otros tienen en relación con el modelo territorial del Estado.

    En definitiva, la máxima preocupación en el seno del PSOE, sigue siendo acaparar el mayor poder posible, pactando aquí y allá con quien sea necesario en comunidades autónomas y gobiernos locales y, a la vez, no ser engullidos por el bloque de izquierdas que capitanea Pablo Iglesias.

    Concluir, como usted hace en su comentario, que el PSOE se ha “izquierdizado” y que sus bases, al menos, están próximas a los postulados que defiende la izquierda radical, me parece, cuando menos, algo atrevido.

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    1. El PSOE tiene un problema, se ha producido en España un corrimiento hacia el rojo del espectro político merced a la desaparición de mas de tres millones de personas que pertenecían a la clase media, a la precarización del empleo y las condiciones laborales, al paro, etc. Y eso se tiene que reflejar en los votos.

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  3. El corrimiento ha sido más bien al morado. ¿No le parece?

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