jueves, 5 de mayo de 2016

EL PSOE ROMPE EL ACUERDO CON CIUDADANOS

Ningún partido político ha tomado tanto el pelo a los españoles como el PSOE. Desde aquel slogan de “OTAN, de entrada no”, que tenía mucha guasa, y aquel Gobierno de “izquierda”, con los ministros Boyer y Solchaga y los “contratos basura”, la lista de despropósitos es inmensa: negar el terrorismo de Estado cuando toda la cúpula de Interior, incluido el ministro, acabó en la cárcel; decretar una moratoria nuclear, que nos costó un ojo de la cara, y ahora servir al lobby nuclear europeo; bombardear Kosovo sin mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, e ir a las guerras de Afganistán y Libia, pero retirar las tropas de Irak, demonizar a los controladores aéreos, militarizarlos y bajarles el salario a la mitad para privatizar AENA, etc. Pero, quizá lo mas fuerte y lo mas grosero ha sido romper el acuerdo con Ciudadanos en cuanto se han anunciado nuevas elecciones. Un acuerdo programático, de nada menos que 66 páginas, que Pedro Sánchez defendió a capa y espada y que utilizó como coartada para impedir un pacto de izquierdas. ¿Si el acuerdo era tan bueno, porqué lo rompen ahora los socialistas unilateralmente? pues porque al final de la larga lista de medidas, que la mayoría de españoles, independientemente de su ideología, asumirían, estaban las medidas económicas, entre las que destacaban la pírrica subida de solo un 1% del Salario Mínimo Interprofesional, que el Estado complementara con dinero público los salarios mas bajos, o que los trabajadores se pagaran su propio despido. El potente aparato mediático socialista ha ocultado a la gente las cosas impresentables que acordó el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con Albert Rivera, echando de paso la culpa a Podemos e IU de no darles sus votos y sus escaños y de no permitir un Gobierno hecho con esos mimbres, pero, en los debates electorales de esta campaña, a pesar de que esgrimiendo la austeridad pretenden mutilarla al máximo, no podría impedir que las fechorías de los socialistas quedaran diáfanas y fueran arrojadas a la cara de su candidato.

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