viernes, 27 de mayo de 2016

EL DINERO DE LOS RICOS EN EL EXTRANJERO

Desde la puesta en marcha del modelo 720 para la declaración de bienes en el extranjero, Hacienda ha manifestado que han aflorado casi 141.000 millones de euros, pero que supone que solo es una pequeña parte del dinero que algunos españoles sacaron del país sin declarar.
A pesar de que la medida puesta en marcha por el Gobierno del PP ofrece condiciones muy ventajosas para lavar dinero negro y una carga fiscal muy pequeña, todavía hay miles de cuentas en paraísos fiscales, como demostraron los papeles de Suiza y Panamá. Mientras millones de españoles lo están pasando mal y mientras ya nos anuncian con la boca pequeña mas recortes una vez pasadas las elecciones del 26 de junio, los ricos tienen fuera del país cantidades astronómicas de dinero que no ha tributado y cuya procedencia no es lícita o no ha transitado por los cauces legales. No es ninguna novedad que son los trabajadores y las clases mas desfavorecidas los que mas aportan en un país donde los millonarios han crecido un 40% en los últimos años, y a algunos de ellos hasta les devuelve dinero Hacienda, pero es precisamente a esa inmensa mayoría de españoles a la que unos miles de sinvergüenzas, con la complicidad del poder político establecido, lleva años tomándoles el pelo. Es esa inmensa mayoría, la misma que aprobó con ilusión, en referéndum nacional, una Constitución el seis de diciembre de 1.978, una Carta Magna que, por encima de derechos y deberes, consagra que la soberanía reside en el Pueblo (artículo 1, párrafo 2) la que debe dar un puñetazo encima de la mesa el 26 de junio y decir basta, porque la democracia, por la que tantos lucharon y se sacrificaron, no consiste en pasar por las urnas cada cierto tiempo, la democracia, como nos enseñaron los griegos, es el poder del Pueblo, no de un puñado de ladrones y sátrapas.
España es uno de los países del mundo donde mas ha crecido la desigualdad social, no solo porque los ricos son cada vez mas ricos, sobre todo porque los pobres son cada vez mas pobres. Pero, el poder ha cometido un error, un tremendo error, ha laminado a la clase media, a esos millones de españoles de pensamiento pequeño burgués que constituían el centro político. Una gran masa de ciudadanos españoles han sido proletarizados y han perdido sus profesiones liberales y sus pequeños comercios y explotaciones, esa gran masa ha pasado a engrosar el enorme ejército de casi pobres que tienen dificultades para llegar a fin de mes o que no se pueden permitir siquiera tomar una semana de vacaciones al año. Todavía no han llegado a la situación de miles de familias que no pueden tan siquiera dar una alimentación adecuada a sus hijos, pero, objetivamente, ya son sus aliados estratégicos y políticos.
No habrá ningún cambio en España si este no es radical, porque así lo exigen las circunstancias socio-económicas actuales. Y en el horizonte solo se ve una fuerza política capaz de realizarlo, por eso contra ella se ha formado una santa alianza, tácita o explícita, donde todos los que están contentos con lo que está sucediendo y son responsables de ello forman una piña. Los españoles tendrán que decidir el 26 de junio si prefieren que un puñado de ricos y sus protectores les sigan robando o si, por el contrario, piensan utilizar como instrumento de su indignación a esa fuerza política objeto de las iras y las fobias de los poderosos y de los que siempre han tenido la sartén por el mango. Todo tiene sus riesgos y sus inconvenientes, es cierto, pero ya sabe usted lo que se dice al que quiere coger peces.


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