miércoles, 24 de febrero de 2016

LAS EMOCIONES EN LA CAMPAÑA ELECTORAL

Existe la errónea creencia de que los seres humanos, al contrario que los demás animales, somos seres racionales, es decir, que nos guiamos por la razón, es la misma patraña que decir que nosotros poseemos un alma inmortal y nuestro gato no. La verdad es que todos los animales, incluido el Homo Sapiens, razonan en mayor o menor grado, pero sus decisiones están mas influidas por las emociones. Pocos animales se pelean a muerte con otros de su misma especie, bien a cabezazos o a mordiscos, sino es para defender su harén o cuando hay periodo de celo y ningún ser humano hace tantas tonterías y razona tan poco como cuando está enamorado. Las emociones no son mas que un proceso electroquímico que se produce en nuestro cerebro y son mucho mas importantes que las razones o las ideas, porque tienen mas que ver con la supervivencia.
Un buen dirigente, un líder, ha de tener siempre en cuenta que las emociones y los sentimientos son fundamentales en la vida de las personas. Un buen entrenador, un buen director, un buen jefe de equipo, no lo será si no es capaz de tocar el corazón de sus subordinados, así es como se comprometen, mucho mas que con subidas de sueldo. Incluso las buenas campañas publicitarias ya tocan mas los sentimientos que los artículos y hay anuncios donde ni siquiera se ve el producto. BMW obtuvo un premio por el famoso anuncio donde no se veía el automóvil por ninguna parte, solo se decía “te gusta conducir”. Pero otras compañías y grandes corporaciones tienen mucha experiencia en esto, Coca Cola, por ejemplo, tuvo el atrevimiento de vestir a Papá Noel de rojo y blanco, sus colores corporativos, en los años 30 y hoy casi nadie sabe que Papá Noel viste, en verdad, de verde y blanco.
Podría mencionar muchos ejemplos históricos de que las emociones siempre se anteponen a las ideas, sobre todo en momentos cruciales. Gaspar Melchor de Jovellanos, ese gran político asturiano, como otros muchos en 1.808, dejó a un lado sus ideas ilustradas para ponerse al lado de la España retrógrada, la de una monarquía absolutista y tirana, cuando nuestro país fue invadido por los franceses. También fue muy significativo el discurso de Stalin para arengar a los soviéticos tras la invasión alemana en la “Operación Barbaroja”; el líder comunista no habló de Marx, ni de Lenin, ni del papel de los soviets, sino de Pedro el Grande y la Madre Patria rusa.
En las campañas electorales se cuida mucho la imagen, las frases ingeniosas, las ocurrencias e intentar dejar al contrario en evidencia, pero, muchos han olvidado que también aquí lo mas importante son las emociones. Un político que es capaz de emocionar puede lograr que hasta los que están en sus antípodas políticas lo voten.
Conseguir un fuerte sentimiento emocional en los electores no es sencillo. Hace falta empatía, una comunicación verbal y no verbal convincente y, sobre todo, decir la verdad. Muchos políticos piensan que a los potenciales votantes hay que encandilarlos escondiendo los problemas y prometiéndoles el Paraíso, que equivocados están. Es como el mal vendedor que da siempre la razón a su cliente en vez de aconsejarle lo que le conviene, aunque sea mas barato. Ese día perderá algo de comisión, pero se lo habrá ganado para siempre.

En España se ha dado mucha importancia a la imagen juvenil de los candidatos, pero con eso no se ganan las elecciones. En los EE UU, donde nos llevan mucha ventaja en estos asuntos, no tienen problemas con los vejestorios. Algunos creen que Ronald Reagan llegó a presidente prometiendo bajar impuestos, pero fue tocando el corazón, y lo mismo se puede decir de Bernie Sanders, el viejo político izquierdista, que está siendo una sorpresa no por su ideario, sino porque ha sabido emocionar a los jóvenes y a los mas desfavorecidos.

1 comentario:

  1. El fenómeno de Pablo Iglesias, el de Podemos, es un buen ejemplo de lo que acaba de exponer en su brillante artículo, con el que no puedo estar más de acuerdo.

    El PSOE realizó un casting para elegir como candidato a una persona jóven, que a decir de las chicas es muy guapo. Sine embargo no consiguió más que el peor resultado del PSOE desde la recuperada democracia.

    Por contra, Pablo Iglesias, con un mensaje más simple que un sonajero (la casta, los de arriba, los de abajo, la gente, etc.) ha obtenido unos resultados que la izquierda radical clásica (encarnada por IU) nunca podría haber soñado. Y lo ha hecho desde el desaliño indumentario machadiano y desde un concepto dudoso de belleza masculina.

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