viernes, 19 de febrero de 2016

ESTUDIANTE ITALIANO ASESINADO

El día 6 de febrero fue encontrado un cuerpo semidesnudo tirado en una cuneta de la carretera que une El Cairo con Alejandría, se trataba del estudiante italiano Giulio Regeni, de 28 años, que estudiaba en la universidad británica de Cambridge y había llegado en septiembre a Egipto para completar la tesis que estaba haciendo sobre el movimiento sindical egipcio. Aunque las autoridades egipcias afirmaron que había sufrido un accidente de tráfico, la autopsia reveló que había muerto a causa de terribles torturas, en concreto había sufrido mutilaciones en nariz y orejas, siete costillas rotas, los genitales electrocutados, uñas de manos y pies arrancadas y quemaduras sistemáticas con cigarrillos. La causa de la muerte, en verdad, había sido una hemorragia cerebral tras cuatro días de agonía.
El asesinato del estudiante italiano no es una macabra singularidad, al contrario, es el pan nuestro de cada día que sufren en Egipto los opositores al régimen del golpista Abdelfatah Al Sisi, que después de echar abajo al Gobierno elegido democráticamente en las urnas, ha cubierto el país de sangre, como antes había hecho el sátrapa Hosni Mubarak. Llama la atención que los países de la OTAN cuestionen todos los días el régimen sirio y sin embargo compadreen con los que gobiernan Egipto o Arabia Saudí, que inauguró el año decapitando a 46 personas.

Gilio Regeni había desaparecido el día 25 de enero, cuando se dirigía en metro al mercado de Bab-al-Louk, donde había quedado con un amigo. Todos en Egipto saben que el crimen es obra de los servicios secretos, del Ministerio del Interior o de las bandas de asesinos que trabajan para el régimen. Los psicópatas a sueldo no han querido hacer desaparecer el cadáver, sino que todo el mundo sepa lo que les sucede en Egipto a los que luchan por la democracia.

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