martes, 10 de marzo de 2015

LA PATRAÑA ALIENÍGENA

De pocas cosas se ha hablado, escrito y hecho tantos programas televisivos y películas como del asunto alienígena. Lo que a primera vista llama mucho la atención es que, desde que en los años 50 del pasado siglo se empezó a convertir en un fenómeno mediático, el debate continúa y son millones de personas las que, sin prueba alguna, dan por sentado que “criaturas inteligentes” de otros planetas se pasean por el nuestro, con dudosas intenciones, desde hace mucho tiempo, como aseguran, entre otros, los seguidores de la teoría de los Antiguos Astronautas. Y digo que llama la atención a primera vista, porque, si analizamos el comportamiento humano a través de la Historia, enseguida nos daremos cuenta que no es infrecuente que el homo sapiens recurra a mitos para buscar explicación donde no la encuentra, y no me refiero solo a la generalidad de los mortales, también a la comunidad científica.
Todo hace suponer que, en contra de lo que mayoritariamente se dice, han sido algunos Gobiernos los que, lejos de tapar el supuesto fenómeno, han hecho lo posible por crearlo y difundirlo, bien para ocultar a la opinión pública y a otros Estados sus pruebas con nuevas máquinas de guerra o bien para desviar la atención de otros asuntos.
Debemos diferenciar lo que son los OVNI (objetos volantes no identificados), que pueden ser fenómenos atmosféricos, astronómicos u objetos fabricados por el hombre, del tema alienígena, es decir, de habitantes de otros mundos. Si bien resulta razonable y convincente que muchas personas han visto cosas extrañas, no lo son, en absoluto, las patrañas y cuentos ridículos que se dicen sobre visitantes de otros planetas e incluso sobre abducciones.
Ya sabemos, con casi total seguridad, que en todo el Sistema Solar solo hay vida en la Tierra, porque las condiciones que han de darse para que esta aparezca son muy especiales. No habría aparecido la vida en nuestro planeta, por ejemplo, si además de estar a una distancia determinada del Sol, tener agua, tener campo gravitatorio, etc, no hubiera habido una atmósfera donde se producían millones de fenómenos eléctricos, pues eso fue, en un entorno acuoso, lo que dio origen a los aminoácidos, de donde hemos salido todos. Pero es que, si la vida es una rara singularidad, aún lo es más una civilización tecnológica (me niego a diferenciar a los animales entre inteligentes, supuestamente nosotros, y los que no lo son) que es producto de una serie de casualidades que se han dado en la evolución a través de largos periodos de tiempo. Si un meteorito no hubiera asolado la Tierra hace 65 millones de años, por ejemplo, seguirían siendo los dinosaurios los amos del planeta y los mamíferos continuarían siendo pequeños animales nocturnos y asustadizos; tampoco, naturalmente, hubieran aparecido los simios ni ninguno de ellos habría adoptado la posición erguida. Es por eso que nos debe llamar la atención que todos los que dicen haber visto alienígenas los describen con silueta antropomorfa, es decir, muy parecidos a los humanos. Si bien es cierto que algunas soluciones pueden ser comunes en entornos diferentes (como las pirámides de Egipto y de México) y que habitantes de otros planetas, de existir, bien podrían tener dos ojos, una solución práctica, es ridículo que, en su evolución, se hubieran llegado a parecer a nosotros que, como hemos dicho, somos producto de algunas casualidades. Es muy probable que en nuestra galaxia, que tiene billones de planetas, existan mundos donde hay vida, pero es mucho más difícil que tengan civilizaciones tecnológicas y mucho más que se parezcan a nosotros y que nos visiten de vez en cuando, porque las distancias siderales son enormes e incluso viajando a la velocidad de la luz tardarían millones de años en llegar a la Tierra.

Los problemas de las escasas probabilidades de civilizaciones tecnológicas y de las grandes distancias en el Universo no han pasado desapercibidos para los que nos quieren convencer de sus cuentos chinos, pues los delatan, por eso han complementado sus mentiras con otras aún más alucinantes, como que se puede viajar en el tiempo y el espacio a través de un agujero negro o puerta de gusano y lo han justificado poniendo a Einstein por testigo. Menos mal que ningún loco va a poder intentarlo.

2 comentarios:

  1. Buenos días, he leído con mucha atención su opinión acerca de las supuestas visitas extraterrestres a este nuestro planeta, y aunque es cierto muchas de las cosas que escribe, también lo es que hay otras muchas en las que yo no estoy de acuerdo. Para empezar usted habla de casualidades. Bien, partimos de la base de que yo no creo en las casualidades, creo en las causalidades, y si una cosa nos ha enseñado la evolución, es que la naturaleza no se deja llevar por la casualidad. Todas las mutaciones que han sufrido tanto los vegetales y animales a lo largo de millones de años, no se deben al fruto del azar, se deben a las condiciones en las que han tenido que vivir esos seres, por tanto, desechemos la palabra CASUALIDAD. Por otro lado, yo no se si nos visitan seres de otros planetas, o viajeros del tiempo o lo que quiera usted. Lo que se es que su discurso de "esto no se puede, es imposible, hay mucha distancia entre las estrellas, etc" lo está haciendo desde la perspectiva del conocimiento humano. Le voy a poner un ejemplo. Hace 400 años, se pensaba y estaba reconocido por grandes eruditos que la tierra era el centro del universo y que el sol giraba alrededor de ella. Quemaban en la hoguera a todo aquel que osaba decir lo contrario. ¿Que hubiera ocurrido si a uno de esos individuos les hubieran dicho que se iba a poder llegar desde Madrid hasta Nueva York en 7 horas en un vehículo que atravesaría el Océano Atlántico por el aire? Probablemente, como usted ha comentado, dirían que es imposible. Con esto trato de dar mi opinión, y decir como dijo Platón (aunque la frase se atribuiría a Sócrates) "Sólo se que no se nada". No voy a afirmar la existencia de seres alienígenas que nos visitan, como tampoco voy a negarlo, porque no tengo fuerza moral o pruebas para hacerlo. Lo que si se es que vivimos y sabemos lo que nuestro conocimiento nos permite y en cada época, ese conocimiento era considerado ley, cosa que con el paso de los años y los siglos en la mayor parte de las ocasiones se ha demostrado erróneo.

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  2. Más interesante el comentario que el artículo. :)

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