domingo, 27 de marzo de 2011

SALVEMOS A NUESTROS LOBOS





La Consejería de Medio Ambiente, que dirige Buendía, el mismo que nos quiere instalar la macroincineradora de Serín, ante las presiones de algunos alcaldes y ganaderos (a veces son los mismos), pretende acometer un nuevo “Plan de control del lobo” que, por si cabía alguna duda, no tiene nada que ver con su conservación, sino con su exterminio. Ya han anunciado que se matarán 47 ejemplares y que se esquilmarán las camadas, que, como ha dicho la viceconsejera Belén Frenández, quedarán confinadas en la Casa del Lobo, y su cercado anejo, en Belmonte, para disfrute de los turistas, como se ha hecho con nuestras osas que, de momento, no se han dejado preñar por el famoso “Furacu”, un ejemplar traído del parque de Cabárceno, de una especie distinta a la subespecie cantábrica, y que solo a los incompetentes que tenemos en el Gobierno regional se les podría ocurrir que sirva de semental. No es la primera vez que esta Consejería hace de las suyas con estos cánidos en peligro de extinción, ordenando a sus guardas que disparen contra los ejemplares adultos y maten a los lobeznos, normalmente por estrangulación, o autorizando batidas. En Asturias hay mucho sinvergüenza, en el tejido económico y en la política, pero seguramente este asunto bate todas las marcas. Muchos de los llamados “ganaderos”, como todo el mundo sabe, son gente que tiene otras ocupaciones y otros ingresos y que gracias a amistades y “enchufes” logran que se les permita instalar en los montes públicos sus reses, a las que dejan sin vigilancia alguna, a veces durante meses. Suben, de tarde en tarde, a echar un vistazo y no tienen mastines que vigilen el ganado porque, claro, hay que ir todos los días a darles de comer. Claman contra los jabalíes los mismos que claman contra los lobos, no cabe mayor contradicción, cuando todos sabemos que unos son el principal sustento de los otros. Es la misma política de los que quieren abatir a los cormoranes a tiros, que se ven obligados a comer truchas río arriba porque se ha acabado con las anguilas, pero no se prohibe la pesca de la angula, otra especie al borde mismo del exterminio. ¿Pretenden acabar con la vida salvaje?. Ya está bien, ni hay un censo oficial aproximado de la cantidad de lobos que hay en Asturias, cosa bastante difícil, porque estos animales pueden recorrer hasta 40 kilómetros en un día, ni se verifica adecuadamente si las denuncias por sus ataques son ciertas. En los pueblos todo el mundo sabe la picaresca que existe al respecto. Por lo que sabemos, gracias sobre todo al control de las heces de estos cánidos por los conservacionistas que, al contrario de los felinos, no entierran, el número de lobos en el Principado es mucho menor de lo que se dice, muchísimos menos que en Galicia, por ejemplo. Los lobos cantábricos (imprescindible ver el documental “Las Montañas del Lobo”) son un patrimonio de todos que no vamos a permitir que destruyan, movilizándonos, si hace falta.

Si Félix Rodríguez de la Fuente levantara la cabeza se iban a enterar de lo que vale un peine.

NOTA: Las fotos son de lobos masacrados en Asturias, algunos por la propia Consejería.

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