jueves, 24 de marzo de 2011

LA REVOLUCION DE LAS URNAS


Desde que estalló la crisis, los ciudadanos españoles no han recibido mas que malas noticias, se ha seguido por el camino suicida de rebajar aún más el poder adquisitivo de la gente mediante subidas de impuestos, abaratamiento del despido, congelación de las pensiones, elevación de la edad del retiro y merma de las prestaciones para los futuros jubilados, bajada de los salarios de los funcionarios y de la mayoría de los trabajadores, etc. Todo esto ocurre cuando la inflación ya supera el 4%, es decir, hay que ser tonto para no darse cuenta que en esta ecuación el resultado nunca podrá ser positivo, con el mercado interno desmoronándose, nunca saldremos adelante.
Pero la crisis económica mundial, agudizada en España y algunos otros países (lo que está pasando en Portugal es un anticipo de lo que nos espera) por la incompetencia de sus gobernantes, no es más que el anuncio de un nuevo mundo que se avecina, donde muchas de las cosas que ahora parecen inamovibles caerán como un castillo de naipes. Los que han hecho del poder político un instrumento que utilizan a su antojo, despreciando la opinión de los gobernados, van a sentir en sus carnes, y en sus cargos, el castigo para el que han hecho tantos merecimientos. En este sentido, las revoluciones en los países árabes, que el imperialismo intenta encauzar, no van a ser exclusivas de esas naciones y esos pueblos. Pero los ciudadanos de los países capitalistas desarrollados tienen una oportunidad antes del caos, la revolución de las urnas.
En España, como en otros Estados, el despotismo de los grupos que ostentan el poder es mayúsculo. La socialdemocracia ya no se distingue para nada de la mas rancia derecha en cuanto que abraza con entusiasmo las recetas de los neoconservadores, del capitalismo salvaje de la “Escuela de Chicago”; no solo eso, ha tejido toda una red de colaboradores y estómagos agradecidos donde hay desde grupos mediáticos, hasta sindicatos, desde subvencionados, hasta prejubilados, desde artistas y cantantes que viven del canon digital, hasta pseudointelectuales a sueldo.
Dentro de poco, el 22 de mayo, hay unas elecciones muy importantes. En la coyuntura social que vivimos, con casi cinco millones de parados y cerrando 300 empresas todos los días, hay una oportunidad de oro para que la gente de un puñetazo encima de la mesa. Mientras el vicepresidente del Gobierno y ministro de Interior, Rubalcaba, que ha regresado con sus frases graciosas, no contesta en el Parlamento a lo que se le pregunta (por el gravísimo caso Faisán, por ejemplo, donde la propia policía avisó a los terroristas de ETA para que escaparan y no pudieran ser detenidos), mientras se prepara otra subida de la luz para el mes de abril que perjudicará mas a los pequeños consumidores, mientras el sindicato afín, UGT, sube hasta un 7% el sueldo a sus empleados con el dinero público que, por los servicios prestados, le ha dado el Gobierno, mientras nos espera una subida de los tipos de interés que será la puntilla para muchas empresas y muchas familias, mientras, en fin, la corrupción sigue campando a sus anchas, los españoles acumulan cabreo e irritación que esperan descargar con contundencia.
El PSOE intentará por todos los medios que las elecciones del 22 de mayo no sean un referéndum a la gestión y las fechorías de Zapatero, por eso han suspendido el mitin inaugural de la campaña donde, tradicionalmente, el secretario general es protagonista. Pero la gente no debe desaprovechar esta oportunidad, falta demasiado para las generales, o se hace una revolución en las urnas o los acontecimientos impondrán otra, no sabemos de qué estilo.

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