Hace meses, cuando gracias, entre otros, a los votos del PNV el Gobierno que preside Zapatero sacaba adelante los Presupuestos Generales de 2.011, dijimos que había un pacto secreto entre el PSOE y los nacionalistas vascos, no sabemos si solo táctico, para salir del paso, o incluso también estratégico, para diseñar un muevo poder en el País Vasco. En ese acuerdo figuraría el compromiso de los socialistas de facilitar la legalización del brazo político de ETA, ahora disfrazado bajo las siglas de SORTU, para que pudieran presentarse a las lecciones municipales del 22 de mayo.
Llegamos a decir, convencidos de que esto era así, que la Abogacía del Estado y el Ministerio del Interior harían todo lo posible por impedir que el asunto llegara al Tribunal Supremo para que fuera la Justicia la que decidiera y que si estábamos en un error, si la voluntad de los socialistas era tener en cuenta las investigaciones de la Policía y la Guardia Civil y respetar el Estado de Derecho, es decir, que fuera la Justicia la que decidiera, pediríamos gustosamente perdón públicamente al PSOE y al Gobierno.
El asunto, como usted sabe, llegó al Tribunal Supremo y desde el Gobierno no se tomó ninguna iniciativa para que no fuera así. Los magistrados decidieron que, a la vista del amplio expediente policial sobre las conexiones de la nueva organización política con Batasuna y ETA, aunque los estatutos fueran constitucionalmente impecables, no podía ser legalizada. Las manifestaciones de alegría de los demócratas, de las víctimas del terrorismo de los dirigentes del PP y del propio Gobierno socialista, nos obligaban a no demorar las disculpas que habíamos prometido y en eso estábamos.
Anteayer por la noche escuchamos al alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, discrepar de la sentencia del Supremo, no pasa nada, nos dijimos, ya sabemos que este hombre siempre ha tenido unas opiniones mas que discutibles sobre los violentos, por no profundizar en actuaciones mas graves en el mismo contexto. Pero, de repente, algo cambia radicalmente. La cadena SER hace públicas las deliberaciones del Tribunal Supremo, incluso dice, irresponsablemente, lo que votó cada juez, con nombres y apellidos, y todo el abanico de pseudointelectuales cercanos al PSOE empiezan a manifestarse a favor de que SURTU debe ser legal.
Empieza a parecer diáfano que los socialistas no impidieron la llegada de la causa al Tribunal Supremo porque el PP y la opinión pública habrían puesto el grito en el cielo y que tenían la esperanza de que SORTU fuera legalizado. No ha sido así, y el reloj que marca los días que faltan para poder presentar candidaturas a las municipales en Euskadi avanza inexorable. El PNV, que gobierna en muchos ayuntamientos con los radicales y anhela tenerlos a su lado en un futuro próximo para poder formar una nueva mayoría de Gobierno, exige ahora cobrar lo suyo. Ante esta situación el próximo paso de los que pretenden engañarnos sería que el caso llegara al Tribunal Constitucional, pero si algún magistrado del Supremo presenta alegaciones, a las que se puedan sumar otros que rompan la decisión tomada por mayoría, no haría falta subir mas escalones judiciales que, seguramente, estarían fuera del tiempo que el tentáculo político de KAS necesita para poder presentarse a las elecciones municipales. En este sentido, las presiones políticas del PSOE y los medios que le son afines están siendo brutales sobre algunos jueces del Tribunal Supremo.
Antes de pedir el perdón y las disculpas prometidas permítanme esperar al desenlace.
Llegamos a decir, convencidos de que esto era así, que la Abogacía del Estado y el Ministerio del Interior harían todo lo posible por impedir que el asunto llegara al Tribunal Supremo para que fuera la Justicia la que decidiera y que si estábamos en un error, si la voluntad de los socialistas era tener en cuenta las investigaciones de la Policía y la Guardia Civil y respetar el Estado de Derecho, es decir, que fuera la Justicia la que decidiera, pediríamos gustosamente perdón públicamente al PSOE y al Gobierno.
El asunto, como usted sabe, llegó al Tribunal Supremo y desde el Gobierno no se tomó ninguna iniciativa para que no fuera así. Los magistrados decidieron que, a la vista del amplio expediente policial sobre las conexiones de la nueva organización política con Batasuna y ETA, aunque los estatutos fueran constitucionalmente impecables, no podía ser legalizada. Las manifestaciones de alegría de los demócratas, de las víctimas del terrorismo de los dirigentes del PP y del propio Gobierno socialista, nos obligaban a no demorar las disculpas que habíamos prometido y en eso estábamos.
Anteayer por la noche escuchamos al alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, discrepar de la sentencia del Supremo, no pasa nada, nos dijimos, ya sabemos que este hombre siempre ha tenido unas opiniones mas que discutibles sobre los violentos, por no profundizar en actuaciones mas graves en el mismo contexto. Pero, de repente, algo cambia radicalmente. La cadena SER hace públicas las deliberaciones del Tribunal Supremo, incluso dice, irresponsablemente, lo que votó cada juez, con nombres y apellidos, y todo el abanico de pseudointelectuales cercanos al PSOE empiezan a manifestarse a favor de que SURTU debe ser legal.
Empieza a parecer diáfano que los socialistas no impidieron la llegada de la causa al Tribunal Supremo porque el PP y la opinión pública habrían puesto el grito en el cielo y que tenían la esperanza de que SORTU fuera legalizado. No ha sido así, y el reloj que marca los días que faltan para poder presentar candidaturas a las municipales en Euskadi avanza inexorable. El PNV, que gobierna en muchos ayuntamientos con los radicales y anhela tenerlos a su lado en un futuro próximo para poder formar una nueva mayoría de Gobierno, exige ahora cobrar lo suyo. Ante esta situación el próximo paso de los que pretenden engañarnos sería que el caso llegara al Tribunal Constitucional, pero si algún magistrado del Supremo presenta alegaciones, a las que se puedan sumar otros que rompan la decisión tomada por mayoría, no haría falta subir mas escalones judiciales que, seguramente, estarían fuera del tiempo que el tentáculo político de KAS necesita para poder presentarse a las elecciones municipales. En este sentido, las presiones políticas del PSOE y los medios que le son afines están siendo brutales sobre algunos jueces del Tribunal Supremo.
Antes de pedir el perdón y las disculpas prometidas permítanme esperar al desenlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario